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Prima infiel, disfruta oliendo y degustando mi escroto (1)


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Por último, en la penumbra de mi habitación, nuestros cuerpos desnudos y sudorosos se entregaron a besos apasionados, revelando su gusto por oler mi escroto y lamerlo con suavidad, para después darme sexo oral con entusiasmo, preparando mi pene para la intensa acción de sus movimientos. Éramos pura pasión, hechos de deseo ardiente.

Esta historia se remonta a muchos años atrás, cuando éramos niños, mis padres solían llevarnos a visitar a esa prima y otros parientes con los que compartíamos largas horas de juegos los fines de semana. Sin embargo, en una ocasión, debido a mi comportamiento agresivo, tuve una pelea con esta prima llamada "Karen", le lancé una pelota en la cara haciendo que llorara y yo, avergonzado, hui sin pedir disculpas. Esto marcó el fin de nuestras visitas habituales, especialmente porque mis padres se separaron poco después, tiempos difíciles para mí al entrar en la pubertad.

Con el paso de los años, dejé de ver a esos parientes y mi prima, al terminar la escuela secundaria, se fue a España en busca de nuevas oportunidades laborales. Perdí contacto con ellos hasta que me enteré de que había regresado comprometida con un hombre que, a mi parecer, no era lo que ella merecía. Se acercaba su boda y, para entonces, habíamos tenido cierta interacción en su HI5. Estaba guapa, con un retoque en la nariz y una figura envidiable, cabello teñido y un buen busto. Pero siempre tuve en mente ese último altercado que tuvimos cuando éramos niños. A punto de cumplir 25 años, ambos recibimos la invitación a su boda, a la que asistiría después de disculparme por lo sucedido en el pasado. Me dirigí a ella a través de su (msn) en aquel tiempo.

D: Hola prima, un placer saludarte y desearte lo mejor para tu próxima boda. Estaré allí para compartir ese día tan especial contigo y tu esposo.

K: Hola, gracias primito, los espero ese día.

D: Prima, ¿te importaría si te menciono algo que debí haber dicho hace tiempo?

K: Claro, primo, ¿qué sucede?

D: Bueno, ya sabes... me refiero a aquella vez en la que fui agresivo e infantil al lanzarte esa pelota en la cara cuando éramos pequeños. Quiero pedirte disculpas por eso.

Hubo un momento de silencio, hasta que respondió...

K: No te preocupes, primo, éramos niños. Acepto tus disculpas, además, tengo un carácter especial, pero eso es cosa del pasado. Estaré esperando por ti en mi boda. Cuídate.

D: Entendido, prima, allí estaré.

El día de su boda, debo admitir que lucía espectacular y si no fuera por el lazo familiar, habría intentado conquistarla. Estaba en mi etapa en la que no perdía oportunidad con ninguna mujer. En aquel entonces, había tenido una experiencia sexual con "Margareth", mi primer amor en ese sentido. Después de la celebración, continuamos la fiesta en su casa y entre copa y copa, le volví a disculparme. Ella secó mis lágrimas con ternura y me dijo que ya no era necesario llorar, que disfrutáramos de la boda. Así lo hicimos hasta despedirnos. Ellos regresaron de España luego de la crisis del 2008 y se establecieron en Lima.

En esos años, solía salir con mis primos y las amigas de mi prima a diferentes discotecas, compartiendo momentos agradables. En ese momento, tenía una amiga atractiva, madre soltera, con una figura impresionante, un buen trasero,

Tenía una figura esbelta y unos senos adecuados para su tamaño. Solíamos charlar de manera ocasional en esas salidas y notaba que disfrutaba de divertirse en busca de alguien que la colmará de lujos, pero no era el momento adecuado para ello. En una ocasión, la invité a mi departamento ya que me había mudado solo ese año y aunque aún estaba vacío, tenía lo esencial: un sofá, una cocina y una cómoda cama.

Con el tiempo, su esposo viajó a Canadá en busca de oportunidades laborales, y ella decidió iniciar la carrera de administración de empresas en una reconocida universidad cuya sede quedaba cerca de mi departamento. Casualmente, cuando iba hacia mi hogar, pasaba por la zona universitaria y coincidía con ella en medio del tráfico, haciendo señales desde su auto en un semáforo.

K: ¡Primito!

D: Hola prima, ¿qué haces por aquí?

K: Voy a estudiar en horarios nocturnos en (mencionando el nombre de la institución educativa) retomando mi carrera en administración.

D: ¡Ah, no lo sabía!

K: ¡Sube, sube! Voy a estacionar más adelante mi auto.

Rápidamente subí a su automóvil y mientras nos dirigíamos a un estacionamiento, comenzamos a conversar. Me contó que su esposo se ausentaría aproximadamente medio año en busca de oportunidades laborales y, en caso de regresar, estaban considerando la posibilidad de tener hijos. Mientras tanto, ella retomaba sus estudios con la mitad de su carrera encaminada. Le informé que vivía cerca, a lo que ella me respondió:

K: ¿Ahora recuerdo que tienes tu departamento por aquí?...¿Has invitado a mi amiga? ¡Qué pillo eres! Ten cuidado con ella o, mejor dicho, cuídala, es mi mejor amiga y la aprecio mucho. No la lastimes, ¿de acuerdo?

D: No, para nada. De hecho, ella dejó de coquetear conmigo y ni siquiera aceptó mi invitación a mi departamento, donde guardo un par de vinos de Navarro Correa, pero en fin... eso quedó en el aire.

Mientras la observaba de reojo, lucía unos shorts blancos que resaltaban sus hermosas piernas.

K: Bueno, por algo habrá sido. ¿Fuiste demasiado atrevido con ella?

D: Para nada, fui todo un caballero. Sin embargo, creo que ella está buscando algo más serio y con alguien más maduro, al menos eso pareció cuando empezamos a coquetear.

K: Sí, está en otra etapa... ¡uf! Ya es tarde, debo irme a clases.

D: De acuerdo, te acompaño hasta la puerta.

En medio de la prisa por guardar cosas en su bolso, se le cayó un gancho para el cabello debajo del asiento del auto. Rápidamente me agaché para recogerlo entre sus piernas, rozándolas en ocasiones, lo que me puso un poco nervioso, apreciando el aroma de su perfume que se esparcía en el auto.

D: Aquí está tu gancho.

K: Gracias... ¿Por qué me miras así? ¿Está todo bien?

D: Sí, nada, hueles delicioso.

Eso la hizo sonrojar y, un tanto nerviosa y desafiante, me miró y dijo:

K: ¿Tu novia no huele así?

D: No tengo novia... como sabes.

K: No lo sé, quizás... Bueno, ya debo ir a clases.

D: ¡No te vayas!

K: ¿Qué dices? ¿Por qué lo dices?

D: Mejor vámonos a mi departamento a seguir conversando... Me ha gustado pasar tiempo contigo, eres mi prima favorita y muy hermosa.

Riéndose nerviosamente, ella respondió.

K: Ay, primito, no deberías insinuar esas cosas. No malogremos este lazo que hemos retomado después de tantos años... Recuerda lo que pasó cuando éramos niños... Ya debo irme.

D: No se va a malograr nada, al contrario. Podemos fortalecer nuestra relación después de tanto tiempo.

K: Jajaja, ay primo... Ya basta. Creo que estás siendo muy insinuante. Somos familia, no lo olvides.

D: Sí, pero no somos primos directos. Es decir, no se arruinaría nada. ¿Qué opinas? Solo quiero conversar contigo y pasar el rato... Pero si no es posible, está bien.

Debes asistir a las clases

En aquel momento, lo dejé un tanto desconcertado al tratar de convencerlo de que se fuera conmigo, pero a los 5 segundos le dije "ok, nos vemos".

La acompañé hasta la entrada de su universidad y le hice una última insinuación clara y concisa.

D: Bueno "Karen", ya sabes que cuando quieras puedes visitarme... ¿cuál es tu fragancia favorita?

K: ¿Por qué?

D: Para regalarte una por tu cumpleaños

-Y riendo dijo mientras se alejaba-

K: Chanel

La vi alejarse mientras imaginaba abrazar su diminuto cuerpo contra el mío dando vueltas, mientras disfrutaba de tus pechos, ya estaba delirando con ella, por lo que fui a mi apartamento para llamar a una amiga y que pudiera visitarme si quería a medianoche

Para ese momento estaba teniendo encuentros secretos con una amiga de la escuela, con la que nos volvimos a encontrar y teníamos encuentros ocasionales sin que su esposo lo supiera. Recuerdo que en ese tiempo estábamos pasando del verano al otoño y durante todo el verano estábamos teniendo relaciones sexuales, fue una de las mujeres más audaces en el aspecto sexual, no tenía nada que reprochar a mi ex Margareth. Aunque solo era sexo por días, sentía que ella se estaba enganchando y me reclamaba porque los fines de semana no nos veíamos debido a que estaba con su familia y sus hijos pequeños, y los lunes o martes escapaba por las tardes para tener nuestros encuentros y dejar mis deseos satisfechos, además de ser infiel, era controladora, pero bueno, esa es otra historia.

Tras semanas sin noticias de mi prima, un día pasé de nuevo por su universidad, donde mi instinto me hizo esperar afuera por si ella llegaba antes de entrar a clase. Recuerdo aquel viernes, en el que la vi venir con una minifalda, medias negras y zapatillas, y una blusa rosa de mangas largas y bien maquillada, lucía preciosa y despertó mi deseo, ya que llevaba como 15 días sin mantener relaciones sexuales después de cortar con la amiga de la escuela y estaba deseoso de hacer el amor.

K: ¡¿Primito?!... hola, ¿qué haces por aquí?

D: Pasaba por casualidad y pensaba encontrarte, tuve suerte.

K: Tengo una exposición.

D: Ya veo, por eso estás tan guapa, aunque también eres hermosa al natural.

K: Gracias... ¿no quieres venir? Puedes estar en mi exposición si deseas... es por grupos y después, si quieres, puedo salir... quiero decir... no sé si quieres.

Estaba insinuando que la siguiera y mi mente comenzó a maquinar cada palabra para responder y dar el siguiente paso... mi objetivo final era llevármela a la cama.

D: Claro, me encantaría, no tengo nada que hacer este fin de semana y puedo estar contigo todo el tiempo que quieras.

Ambos sonreímos y efectivamente estuve en su exposición al fondo del salón como si fuera un alumno más. Lo curioso es que sus amigas se reían cuando las presentaba como su prima, probablemente pensarían que era su pretendiente, ya que ella no les había contado que estaba casada, quizás para sentirse más cómoda o porque finalmente no tenían por qué saberlo.

Después de la exposición, habló con unas amigas para coordinar algunos trabajos por hacer y al salir de la universidad con ella, le pregunté:

D: ¿Y bien? ¿Qué hacemos, "Karen"?

K: Uhm, no sé... dime tú qué propones... mencionando mi nombre sin llamarme primito, y ahí tuve la oportunidad perfecta para entrar de lleno en la seducción.

D: Si quieres podemos ir a tomar algo, escuchar música, comer algo, a un bar en la av. Risso.

K: ¿Por qué no vamos mejor a tu departamento? ¿Tienes algo para beber? Podemos ordenar algo de comida... tengo mucho tiempo esta noche, ¿se puede ir aún o ya es tarde?

Esas palabras fueron mágicas, no solo la estaba seduciendo, ella también lo estaba haciendo y esta vez ella era más directa. Aunque no éramos primos hermanos, éramos primos segundos y los...

Los límites ya no nos importaban. Ella era hermosa, con una buena figura, y yo estaba en mi máximo esplendor sexual, imaginándome su cuerpo desnudo, besando sus piernas, caderas y nalgas, disfrutando de sus generosos pechos que se destacaban.

Por lo tanto, nos dirigimos directamente a mi departamento, recién estrenado. Al entrar, se sorprendió al ver que todavía estaba vacío por equipar, aunque tenía buenos sofás y una cómoda cama en mi habitación, la misma cama que ya había compartido con mis amantes anteriores, en estos nuevos tiempos de mucho sexo y placer.

Mientras tanto, entre copa y copa, ella me contaba que estaba viviendo con mis tíos en un cuarto que les habían prestado, ya que su esposo estaba tratando de encontrar trabajo en Canadá, lo cual se complicaba debido al idioma. Llevaba tres meses allí y, si las cosas no mejoraban, regresaría en seis meses. Estaban en la búsqueda de un hogar, quizás con la intención de formar una familia, ya que llevaban años casados y anhelaban dar ese paso. Sin embargo, entre confesiones, ella mencionó que la distancia le afectaba y que, en el fondo, lo que realmente necesitaba luego de meses de soledad era mucha acción sexual.

D: ¡Salud, Karen! Pronto tu esposo regresará, supongo que la situación en Canadá debe ser complicada, pero es mejor que estén juntos...

K: Sí, estamos considerando otras opciones aquí, quizás poner un negocio, quién sabe.

D: Es posible que un negocio les dé estabilidad, sumado a tu carrera en ascenso. El tiempo dirá... ¡Salud!

K: ¡Salud!... Y háblame de ti, ¿por qué estás solo ahora que vives aparte? Seguramente querrás formar un hogar pronto, quizás con alguna de tus novias.

Es una pregunta común que las mujeres hacen para saber si uno está solo o no.

D: Bueno, me gustaría, pero no hay posibilidad. O sea, la hay, pero está fuera de límites y creo que ya se acabó.

K: ¿Por qué está fuera de límites?

D: Porque está casada, bueno, separada, pero siempre estará presente por sus hijos. Le doy su espacio... al final, es su decisión seguir conmigo o no, no obligo a nadie a estar conmigo.

Ella se quedó en silencio al principio, dio un sorbo de vino y empezó a interrogarme con precaución.

K: Entonces, ¿tú eras su amante? ¿Te sientes cómodo con eso?

D: No se trata de comodidad, sino de que si ella y yo nos sentimos bien y nos gustamos, ¿por qué deberíamos prohibirnos estar juntos? Eso sí, dentro de su casa es toda una dama, pero fuera de ella elige vivir esos momentos conmigo.

Sin promesas ni obligaciones, simplemente disfrutaban del momento, pero ella no soportó la situación, sintió celos y nos separamos hace unas semanas.

K: ¿Entonces ya no están juntos?

D: No, ella tomó la decisión y se respeta.

K: ¿Pero la extrañas? ¿Aún la quieres?

D: No, no se puede hablar de amor, pero sí de cariño y atención mutua.

K: ¿Qué tipo de atención te daba ella para que estuvieras con ella?

D: Cariño, pasión... ya sabes. ¿Por qué tanta curiosidad? Me pones nervioso.

Riendo y tomándonos más vino.

K: Oh, no, solo tengo curiosidad. Veo que no tienes límites.

D: Es cierto, no tengo límites hasta que me los imponen. Y sí, soy muy curioso... tanto que me gustaría saber, por ejemplo, cómo eres tú en realidad.

K: ¡Yo! – Sorprendida – Pero si ya conoces mi personalidad dominante, mis gustos por bailar, salir con amigas... Estoy casada, no sé qué más quisieras saber.

D: ¿Tú tienes límites?

K: ¿A qué te refieres con "límites"? No entiendo.

D: ¿No sientes curiosidad por conocer a alguien...?

Descubre quién eres en tu interior

K: ¿En mi interior?... ¿sobre mis emociones? ¿a eso te refieres?

Conforme nuestras voces se iban intensificando y casi susurrábamos

D: Sabes que no me refiero a eso… Hablo de tú y yo, de cómo sería si estuviéramos más cerca

K: ¿No entiendo? - hacía la desentendida

D: Déjame explicarte... me refiero a esto

Me acerqué a ella y le di un beso apasionado, acercándome para que sintiera esa atracción que yo traía, aunque al principio se resistió, finalmente correspondió a mis besos y me acarició tímidamente mis mejillas. Permanecimos en silencio, mirándonos y sintiendo su aroma Chanel.

K: No está bien... como sabes, soy... ¿

D: Claro, pero también sabes que me gustas, ¿no lo notas?... que te deseo, y tú también a mí

K: ¿Que Yo no te deseo? ¡¿Qué dices?!... no, esto no está correcto... mejor me voy... ¿Me prestas tu baño para lavarme y arreglarme antes de llamar a mi taxi?... no, discúlpame

Le indiqué el baño rozando su cintura, en ese momento llegó el pedido de pizza, salí a recibirlo y al final terminé cenando solo.

Revelando su fetiche.

Cuando entré al departamento pensé que seguía en el baño, pero al ir a mi habitación vi que estaba sentada en la oscuridad sobre mi cama, lo cual me sorprendió, al tratar de encender la luz, me pidió que no lo hiciera.

K: No, deja la luz apagada - aunque siempre había algo de claridad proveniente de la calle en mi habitación

D: ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

K: No, cierra la puerta, ven y ponte junto a mí

Al estar de pie frente a ella en silencio, sentí que era inevitable ese primer encuentro, ¿cómo proceder?, ¿quién daría el primer paso?... ella tomó mis manos y me pidió que cerrara los ojos, tenía algo de temor, pero accedí a su petición. Me rodeó y me abrazó por detrás, susurrándome suavemente y apoyándose en mi espalda.

K: Aquella vez que lloraste en casa pidiéndome disculpas y te pedí que disfrutaras el momento, sentí una atracción por cómo finalmente te disculpaste, mi esposo se dio cuenta y luego le expliqué lo que pasó cuando éramos niños, sintió celos pero al final entendió... desde ese momento en que nos encontramos y hablamos en mi auto, me sentí nerviosa por tus palabras, cuando dijiste que no querías que me fuera y que te gustaba mi perfume

D: Lo dije porque lo sentía...

K: Shhh, silencio, no hables, cierra los ojos y quédate así.

Sentí en ese momento que se desabrochaba el cierre, que supongo era de su falda, sentí que se despojaba de sus prendas mientras tenía los ojos cerrados. Introdujo sus brazos entre mi torso y comenzó a quitarme la camisa, me giró hacia ella y me besó intensamente, pude sentir su piel al instante, se encontraba solo en tanga y sujetador, la acaricié con mis manos, estaba ardiendo, su piel caliente al contacto con la mía me hizo calentar más y más, empecé a besarla en el cuello... pasaron eternos minutos viendo quién daría el siguiente paso, pero yo solo recibía instrucciones.

K: Recuéstate en la cama y no te muevas

Dejándome caer con el torso al descubierto, pude apreciar en la oscuridad de la habitación su deliciosa figura, se arrodilló desabrochando el botón y bajando la cremallera de mi pantalón, deslizándolo hasta las rodillas... mi miembro ya casi erecto por la excitación, estaba algo nervioso por lo que estábamos haciendo, sin imaginar lo que sucedería antes de la maravillosa felación que me hizo.

Se acercó para oler mi escroto, cubriendo con su nariz cada parte de mis testículos, mientras los acariciaba...

D: Si quieres, puedo lavármelos...

K: Shhh... silencio

Sin dudarlo, comenzó a lamer mis testículos, a succionarlos...¡Fue increíble! ¿No te parece?

¿Continuamos?

K: Por supuesto… indudablemente sí, pero con una única condición

D: ¿Cuál?… mientras me acomodaba al lado de ella acariciando sus pechos y arreglando su cabello

K: Espera aquí, no te laves… quiero volver a oler y saborear tus testículos… déjalos ahí que regreso del baño y te los limpio yo con mi boca

D: Está bien, adelante… no tardes.

Así proseguimos, haciendo el amor como dos animales en celo, satisfaciéndonos mutuamente, y ella demandándome sexo oral, muy contenta de degustar y jugar con su clítoris, mientras tiraba de mi cabello, por supuesto, siguió dándome unas magníficas felaciones y chupetones en los testículos, algo que le encantaba saborear, nuevamente recibió mi semen en su boca tragándoselo con ansias, al parecer no solo ansiaba pene sino también semen.

Ya exhaustos y al borde de las 11 pm, se aseó y se vistió rápidamente para regresar a casa antes de que su esposo la llamara.

Solicitó su taxi online, marchándose rápidamente, y al despedirnos con un beso en la mejilla, me murmuró.

K: Volveré… estate alerta y no te deseo ocupado, ¡o te despediré! ¿Entendido?

D: Entendido, comandante

Al irme a descansar, comencé a imaginar de nuevo su cuerpo que en medio de la oscuridad no pude apreciar por completo; sin duda fue el principio de una nueva aventura, en la que deberíamos ser muy precavidos. Pues el placer y la tentación de lo prohibido serían lo habitual que definiría nuestra apasionante relación de amantes.

Y aquellos que lo han sido saben de esa sensación, se entregan sin reservas, ofreciendo la vida en ese acto sexual para complacer al otro y dejarlo cautivado hasta la siguiente ocasión.

¡Continuará!

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