La atracción sexual entre ambos era innegable. Conocí a Eddy debido a que era el cantante principal de una banda de rock. Un amigo mío, guitarrista de la banda, me propuso cantar coros en algunas canciones y me pidió que hiciera una audición con los demás integrantes. Desde el primer instante en que nos vimos con Eddy, surgió una conexión especial y después de la audición noté en su expresión que le había sorprendido mi voz.
En los ensayos, nos mirábamos intensamente, y nuestro deseo empezaba a hacerse evidente. En ese momento, yo no quería dar indicios de que podría suceder algo más, ya que estaba en una relación de 5 años y planeaba casarme, así que evité alimentar esa emoción.
En una ocasión, nos quedamos solos en la sala de ensayo mientras los demás fueron a comprar cervezas. Estuvimos charlando y riendo, nos acercamos corporalmente y yo comencé a sentir un intenso deseo, como si mi zona intima quisiera explotar, además de talentoso, Eddy me parecía muy atractivo, seductor y masculino, y me preguntaba cómo sería en la intimidad.
Mientras conversábamos, de manera "casual" me tocaba la pierna, se arreglaba el cabello y hacía gestos faciales de placer, como morderse el labio o posar su mirada en mis senos. Ambos sabíamos lo que estaba ocurriendo, ya no necesitábamos fingir.
El tiempo pasó, pero Eddie continuaba enviándome mensajes para saludarme, compartir alguna canción o interesarse por mi día. En algunas de esas conversaciones, empezamos a hablar sobre cine y acordamos vernos algún día para ver una película que me recomendaba. Él sugirió verla en su casa, y yo sabía que era solo un pretexto para estar solos. Acepté la propuesta, pero para asegurarme de no caer en la tentación, le dije a mi pareja que iba a ensayar coros con Eddie y que podía recogerme al terminar, eso me ayudaría a contenerme en caso de que las cosas se intensificaran.
Llegó el día de la película y al estar en su casa, le recordé a Eddie que mi pareja pasaría a buscarme, dejando en claro que no habría nada más entre nosotros. La pantalla estaba en un estudio con algunos snacks y vino. Antes de iniciar la película, me mostró unas canciones que estaba componiendo en su guitarra, lo cual me cautivó, y él lo notaba.
Empezamos la película y bebimos vino. Se acercó a mí, apoyando su cabeza en mi hombro, yo me quedé paralizada, mi única idea era ser fiel a mi pareja, pero de repente noté de reojo que su pantalón estaba abultado, no era evidente, pero lo suficiente para darme cuenta de la excitación que producía. De manera discreta, mi mirada se desviaba hacia su miembro, y fue entonces cuando él tomó mi rostro, me besó y rápidamente me llevó a recostarme en el sillón, expresándome que ya no podía resistir las ganas de hacer el amor.
Permití sus besos, él estaba encima de mí y acercaba su pelvis para que pudiera sentir el tamaño de su miembro. Intenté detener el momento, pero mi cuerpo pedía seguir, aun así, logré ponerme de pie y quise irme, pero entre besos, me pidió que me quedara, tomando mi mano para colocarla dentro de su pantalón y que pudiese palpar su miembro, que más que largo, era muy grueso.
Mi excitación era evidente, él me volteó para rozar mis glúteos con su miembro y poco a poco me bajó los pantalones, acarició mi clítoris y lentamente me penetró. Sentí un dolor placentero por su considerable tamaño, pero aguanté y dejé que me poseyera. Me alzó mientras seguía penetrándome y me llevó al sillón, donde empecé a cabalgar, sintiendo su miembro tan firme, en ese momento me alegré de haber cedido, ya que mi pareja tenía un miembro promedio y me di cuenta de que cometía un grave error al comprometerme con él.
Otros relatos que te gustará leer