Tu compañera está excitada


Escuchar este audio relato erótico
0
(0)

Ingresé a un local donde labora el cónyuge de quien fue mi mejor amiga, él me atendió muy amablemente y durante la transacción surgió una larga conversación en la que ella fue mencionada. Mientras él hablaba, mis pensamientos se desconectaron de sus palabras, dejé de prestarle atención y empecé a evocar recuerdos alegres que compartí con ella: nuestro encuentro inicial, el trabajo, las risas, la confianza mutua, la intensa convivencia y, por supuesto, también el aspecto sexual.

Este relato es el primero de una serie de episodios donde narraré mis experiencias y encuentros sensuales con quien solía ser mi mejor amiga. La secuencia de los relatos no seguirá un orden cronológico, los compartiré a medida que los recuerde.

Era un lunes 1 de mayo a las 3:30 de la tarde, recibí un mensaje por WhatsApp en mi celular: era ella. Antes de abrirlo, una sonrisa se dibujó en mi rostro, sabía que debido al horario era probable que quisiera encontrarse.

- Amiga, ¿estás disponible en este momento?

- Sí, estoy en casa, ¿qué pasa?

- Tu compañera está excitada jajaja.

- De acuerdo, dime a qué hora.

- En media hora, estoy en camino.

- Vale, allí nos encontramos.

- Asegúrate de traer todo.

- Por supuesto, la mochila con nuestro "equipamiento" siempre está en el maletero de mi coche.

Ese "equipamiento" incluía preservativos, toallitas desinfectantes, un baby doll y tanga de color verde que a veces ella lucía, un paño para evitar ensuciar donde estuviéramos juntas, una botella de agua y un vibrador que ella utilizaba ocasionalmente.

Llegué, estacioné afuera de su casa y ella aún no había llegado, así que decidí ver películas para adultos en mi teléfono para estimularme. Cinco minutos más tarde, ella llegó y nos saludamos antes de entrar. Era nuestro sexto encuentro íntimo (sin llegar a la penetración), pero el segundo en su nuevo hogar en proceso de amoblamiento. Optó por el salón, sin embargo, el mobiliario estaba cubierto con plásticos y cartones al ser recién adquirido, por lo que tuvimos que retirarlos, al menos del sofá más amplio, de tono beige.

Nos desnudamos y acordamos que comenzaría yo. Me recosté en el sofá con la cabeza apoyada en los cojines del mismo color beige, mientras ella se arrodillaba a un lado y empezaba a practicarme sexo oral. Como en ocasiones anteriores, me permitía sacar fotos y grabar vídeos de nuestras actividades; sin su autorización, tomé el celular y convertí ese momento en una película. En la pantalla, se veía a una mujer de cabello castaño complaciendo un pene erecto, moviendo su cabeza arriba y abajo como si lo masturbara con los labios. Al levantar la mirada, ella se rió y trató de tapar la cámara con su mano.

- ¿Qué estás haciendo?

- Déjame tomar una foto, ¿de acuerdo?

- Está bien, pero solo una.

Claramente, no iba a dejar de filmar, así que, mientras ella estaba concentrada en su tarea con los ojos cerrados, continué grabando sin que se percatara. En un momento, se detuvo, sonrió y preguntó de nuevo:

- ¡Detén la grabación, por favor!

- ...consiénteme un poco, déjame mostrarte los vídeos, te encantarán.

- ¿No los tienes en el celular?

- No, los guardé en otro dispositivo, lo reinicié.

- ¿Dónde están entonces?

- Los tengo en la computadora.

- ¿Cómo los organizaste?

- En carpetas comprimidas, con nombres y contraseñas bastante peculiares.

- ¿Y cómo pusiste los nombres a las carpetas? ¿"Proyecto secreto"? jajaja.

- No, las titulé como "Documentos fiscales", "Información confidencial"...

- Jajaja jajaja, si sigues así, me harás reír demasiado y perderé la concentración.

Mientras hablaba, con una mano se estimulaba,

dejó de mantenerme en una buena posición el pene.

- Está bien, sigue con esas acciones vergonzosas que me estás realizando.

- ¿Disfrutas?

- Por supuesto, ... volteé hacia la cámara mientras lo haces, no dejes de mirarla, luce muy erótico.

- ¿Te gusta?

- Sí, ya estoy enganchado contigo.

- Chismoso.

- En serio, la última vez estuve insistiendo en que nos viéramos y me hiciste esperar una hora... y la vez anterior, en el rancho de mi amigo, me hiciste esperar dos horas. ¿Crees que con eso no está claro que ya estoy enganchado contigo?, ¡y con esas acciones sexuales más!

En cierto momento de mi vida trabajé tomando fotografías y grabando vídeos, fue ahí donde la conocí, ya que ella trabajaba para otra empresa que tenía negocios en común con mi oficina, ella también conocía sobre el negocio. Así que imaginen cómo salían esas escenas, con la confianza al máximo de una amistad de años y ambos con gustos por lo visual y por las películas eróticas, ¡las tomas eran perfectas!

Después de un rato de hacerla voltear con una mirada seductora a la cámara mientras me practicaba sexo oral, ver mi miembro brillante con su saliva y embadurnado de su lápiz labial rojo de zorra, le dije que se pusiera de pie, era momento de que yo le practicara sexo oral a ella.

Se levantó y dijo "dame un poco de papel, que ya se me está saliendo todo el relleno líquido de la cola", indicándome que estaba bastante excitada, momento de sorprenderla con mi boca haciéndole un buen cunnilingus. Por primera vez tuve la oportunidad de observarla detenidamente ya que era de día, sin la presión del tiempo al ser un día de descanso y al estar solos en su casa, se veía hermosa desnuda. Yo, con 41 años, ella con 31, siempre fue muy delgada, (de hecho, uno de mis apodos para ella era "flaca"), de piel clara y cabello castaño claro, con unas nalguitas muy firmes y atractivas, que había empezado a subir de peso hacía unos años. Así que imaginen cómo lucía esa mujer delgada, sin grasa en el abdomen pero con unas nalgas que me volvían loco, tanto que si durante nuestra amistad le saqué mil fotos a su trasero, fueron pocas, estaba obsesionado con ellas, y cada vez que nos encontrábamos le pedía que modelara sus glúteos para tomarle fotos, ella bromeaba diciendo que ya era suficiente, que ya tenía demasiadas fotos de su trasero jajaja. Tenía pechos pequeños pero hermosos, firmes y coronados con unos pezones rosados preciosos, ufff.

Se tumbó en el sofá, me arrodillé a un lado y metí mi cabeza entre sus piernas, empecé a saborearla, me encantaba practicarle sexo oral, nunca imaginé que podría disfrutar tanto complaciendo a una mujer de esa manera. Mientras ella sólo decía:

- ¡Sí!, ¡así!, ¡qué placentero, así qué agradable!

Me detuve, humedecí abundantemente mis dedos, mis manos alcanzaron sus pechos y empecé a estimular sus pezones mientras regresaba a satisfacerla oralmente, ella seguía emitiendo gemidos y repitiendo lo mucho que le gustaba:

- ¡Ahhh así!, ¡sí, así qué placer!

Su vagina, con vellos cortos, sabía deliciosa y al respirar su aroma a sexo me embriagaba los sentidos.

Después de un buen rato disfrutando de sus fluidos, me dijo las palabras que indicaban que estaba a punto de llegar al clímax:

- Ahhh, sí..., dale besitos.

Y bastaron sólo seis besos lentos y suaves con mis labios carnosos en su clítoris para que ella alcanzara un delicioso orgasmo.

- Sí así, sí qué placer ¡¡¡uuuuuh!!!

Terminó, se quedó en silencio unos segundos y empezó a reírse a carcajadas:

- Jajaja jajaja, qué delicia, sentí que me moría jajaja, sólo déjame descansar unos minutos y luego continuas.

Cerró los ojos y permaneció en silencio un rato, se levantó del mueble y me dijo:

- Acuéstate, te toca a ti.

- Mejor tú acostada y yo de pie a tu lado porque quiero terminar en tu cara.

- Ahhh, claro.

Se recostó con el torso levantado, apoyándose en los codos,

- Me comentó esto mientras giraba ligeramente su rostro para facilitar la succión.

- Sería mejor si lo haces aquí, indicándome sus senos.

- ¿Pero por qué ahí? Yo preferiría en tu rostro.

- ¿No te das cuenta de que esta mañana salí de casa con mucho maquillaje? Sería un desperdicio regresar sin él jajaja.

- Tengo una idea, abre la boca y saca la lengua, me masturbaré cerca y trataré de lanzártelo en la lengua. Así, si te mancho, será en la boca y en la barbilla. La escena se verá muy sensual jajaja.

- Entiendo, ya sé cómo hacerlo.

- Vamos a hacer una prueba, abre la boca y saca la lengua.

Ella siguió mis indicaciones, y me excitó mucho verla en esa posición. Le dije nuevamente:

- Intentaré dar justo en tu lengua, y aunque sientas que te gotean las secreciones, no te muevas.

Entonces introduje mi pene en su boca y empezó a succionar. Sostenía el celular con la mano izquierda a la altura de su rostro para no perder detalle de aquella maravillosa mamada. En ese momento, su perro empezó a ladrar desde el ventanal del comedor al verla llegar, esperando su comida. Ella solo le gritó:

- ¡Ya voy, Chetos! ¡Cálmate, amigo!

No pude contenerme y le dije:

- ¡Listo, me excito, ¡abre la boca y saca la lengua!

Comencé a llegar al clímax, sostenía el celular con la mano izquierda para grabar y con la derecha me masturbaba. Sentí los espasmos del éxtasis hasta llegar al orgasmo, sin prestar atención a su rostro al encontrarme en un estado de euforia. Al abrir los ojos, la vi riendo desesperadamente, con la boca abierta y la lengua fuera, pidiendo papel para limpiarse. Este fue uno de los orgasmos más intensos que ella me había provocado.

Después, en casa, al revisar el video en mi computadora, noté que el final se convirtió en una escena muy sensual. Se veía a esa mujer trabajadora, decente, buena madre y buena amiga, transformada en toda una insaciable sedienta de placer, con la boca abierta y los fluidos escurriendo. Era mi mejor amiga, la compañera que todo hombre desearía tener.

¿Te ha gustado este relato erótico?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Puntuación promedio 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Ya que que te ha gustado este relato...

Puedes compartirlo en redes sociales!

¡Siento que este relato no te haya gustado!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

Otros relatos que te gustará leer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir
Contacto | Seguinos en Ivoox y en x.com