De esta manera logré introducir casi por completo su falo grande y ancho en mi garganta, resistí un instante; era demasiado grande para caber en mi conducto. Luego retiré su falo grande, ancho y delicioso, pensé que era hora de que estuviera en mi recto.
Me puse en posición cuadrúpeda y lubriqué todo mi recto para que pudiera encajar todo su falo grande, ancho y delicioso dentro de mí. Calvin colocó la punta de su falo en mi trasero, comenzó a jugar y a hacer masajes en la entrada de mi recto, ampliando el orificio para poder introducir todo su miembro. Se sentía muy placentero, así continuamos durante un buen rato, hasta que empezó a hundir todo su falo hasta lo más profundo de mí. Bombeó una y otra vez por mucho tiempo, logrando dejar mi recto abierto y proporcionándome tanto placer que me hizo llegar al clímax.
Calvin tomó mi esperma con sus dedos, llevando todos mis líquidos hasta mi boca. Chupé sus dedos hasta dejar limpias sus manos, me volteó y me encaró mientras volvía a introducir todo su falo en mi trasero. Estuvimos frente a frente y mientras me penetraba, me besaba apasionadamente. Le pedí que escupiera en mi boca, logrando así tragar toda su saliva, que resultaba deliciosa. Permanecimos así un buen rato más, luego retiró su falo de mi recto y comenzó a lamer mi trasero, cubriéndolo de saliva. Mientras hacía esto, se acercó a mis labios con su boca y me ofreció esos líquidos para que los tragara, era lo más delicioso que había probado.
Se colocó frente a mí con todo su miembro en mis labios, observando su glande con deseo y cariño, dándole besos apasionados. Pasé mi lengua por la abertura de su falo, extrayendo su líquido preseminal. Comenzó a segregar más fluidos preseminales, los combiné con mi saliva para luego tragar esa mezcla de líquidos.
Fue sumamente placentero estar en esa posición, fue un día de sexo inolvidable. Hasta que llegó el momento en que eyaculó en mi boca, hice gárgaras y combiné su semen con saliva antes de tragarlo todo. Calvin quedó exhausto, se recostó y le di besos tiernos a su falo para relajarlo.
Besé la punta de su falo como si fueran sus labios, luego nos levantamos, nos duchamos para quedar limpios y nos acostamos a descansar hasta quedarnos dormidos.
Fue un día espectacular disfrutando de su miembro, hasta el día de hoy. Tener un falo implica saber cómo tratar ese tronco y disfrutar como hago hoy y todos los días.
Un saludo afectuoso para mis lectores, más adelante les contaré sobre un trío con un travesti hermosa que posee un gran y bello falo.
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