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Pasión Ilícita


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En una gélida noche de diciembre, cuando los estudiantes regresaban a sus hogares para celebrar la Navidad, surgió un encuentro entre antiguos amigos.

Tras larga ausencia, el grupo se congregó en la pista de básquet. Este lugar apartado del centro, iluminado únicamente por una lámpara de calle que destacaba el aro de baloncesto y un solitario banco marrón, era testigo de la reunión.

Cris, como de costumbre, fue el primero en llegar, disfrutando de unos minutos de soledad en la cancha antes de la llegada de los demás. Le servía como escape de la realidad que vivía en su hogar, siendo el único que permanecía en la ciudad de origen.

Diego, que estudiaba ingeniería química en Estados Unidos, se unió al grupo. Aunque no era el más brillante, destacaba por su persistencia en alcanzar sus metas.

Mientras Diego y Cris se abrazaban, apareció de repente Matthew, apasionado del surf y admirado por su físico escultural y estilo de vida saludable. Las chicas lo miraban con envidia, pues parecía sacado de una película de Hollywood. A pesar de su apariencia, Matthew era una persona humilde y amable, considerado el amigo más leal por el grupo.

Finalmente, llegó Rodri acompañado de una misteriosa silueta femenina: Minerva. Con mirada tímida y profunda, y unas curvas exquisitas, Minerva dejó a todos boquiabiertos. Rodri presentó a Minerva como su pareja, revelando que se conocieron en clases de historia de la fotografía y destacando lo mucho que la admiraba.

Tras la presentación, Cris rompió el hielo con un comentario jocoso, lo que provocó risas en el grupo. Sin embargo, Matthew, enamoradizo por naturaleza, no podía evitar sentir una conexión especial con Minerva, a pesar de la larga amistad que lo unía a Rodri.

hermanos de diferente parentesco. Siempre que tenían la oportunidad, estaban juntos, eran inseparables. Así que Matthew trató de apartar ese pensamiento y se reintegró al grupo.

- ¿Nos animamos a jugar al 21? - Consultó Diego. - Veamos quién alcanza primero los 21 puntos, ¡Que he practicado mucho en Estados Unidos!

Los chicos respondieron con entusiasmo y se fundieron en un gran abrazo grupal. Tenían mucho cariño para compartir después de tanto tiempo sin verse. Se comportaban como niños pequeños en el patio de la escuela. Tras tanta emoción, empezaron a jugar. Solo ellos, ya que Minerva optó por no participar, prefirió observarlos desde el banco. Sentía que perturbaba el ambiente y a la vez le ilusionaba ver a Rodri y sus amigos felices.

Mientras jugaban en ese instante, ella se percató de todos los amigos que tenía Rodri, todos irradiaban gran paz y felicidad. Analizaba a cada uno con detalle. Al final, no tenía nada mejor que hacer y le despertaba curiosidad esos amigos de los que tanto hablaba su pareja.

En particular de Matthew, su mejor amigo. Sin duda, con quien más interactuaba. Él afirmaba que Matthew le había demostrado como nadie su amistad, siempre estaba presente en los buenos y malos momentos. Mientras lo observaba, notó la buena forma física que tenía el mejor amigo de Rodri. Lo vio jugar con seguridad en sí mismo, con esa elegancia al realizar las cosas, que sin querer Minerva llevó lentamente su mano a la comisura de sus labios, mordiéndolos con una sensualidad apenas contenida, mirando de forma intensa y tentadora a Matthew. Fue un acto instintivo. Y justo en ese preciso momento, Matthew levantó la mirada, encontrándose con la de Minerva. Percibió su pequeño desliz cuando ella apartó rápidamente la mirada y cruzó las piernas con un gesto fugaz.

Fue el primer contacto visual entre ellos.

El grupo continuó jugando, y el primero en llegar a 21 puntos fue Matthew. Entonces, una vez que había alcanzado el objetivo, se sentó en el banco, tentado por la presencia de Minerva.

Una vez sentado, Matthew notó el calor sobre su piel ligeramente sudorosa, así que se quitó la sudadera, dejando al descubierto una camisa blanca de manga larga y tela fina. Mientras intentaba quitársela, su abdomen quedó expuesto por un momento y Minerva no pudo resistir la tentación, su mirada se posó directamente en su abdomen bronceado y perfecto. Al terminar la acción, él notó la inspección que ella había realizado con sus ojos, dando lugar al segundo contacto visual. Matthew esbozó una sonrisa pícara. Ella apartó rápidamente la mirada, ruborizándose de vergüenza. La confianza que emanaba de él la envolvía como una ola irresistible.

- Entonces, ¿eres la pareja de mi buen amigo Rodri, verdad? - Matthew soltó con un tono travieso, intentando romper el hielo.

- Parece que sí, eso dicen. - Respondió ella con una sonrisa, notando la tensión en el ambiente.

- Rodri tiene buen criterio, eso es indudable. - Él la miró y sonrió. Matthew transmitía mucha tranquilidad.

- Oh, no hay duda de que Rodri tiene un excelente gusto, tanto en pareja como en amigos. - Ella respondió con complicidad en sus ojos, jugando con Matthew. Aunque su corazón pertenecía a Rodri, no podía ignorar la atracción que sentía por Matthew.

De manera inesperada, los otros tres amigos hicieron acto de presencia. Habían terminado el juego y se sumaron rápidamente a la animada conversación. Los temas sobraban, tenían mucho de qué hablar. Aunque charlaban con alegría y distracción, Matthew no podía apartar a Minerva de sus pensamientos. Discretamente, buscaba encuentros visuales con ella, y cuando lograban sostenerlo por escasos segundos, una tensión palpable se apoderaba de sus cuerpos. Para Matthew, el saber que no debería sentir eso pero no poder evitarlo, solo aumentaba su deseo por ella. Minerva, por su parte, se veía tentada a corresponder.

De su parte, tenía la misma percepción de lo incorrecto, pero eso incrementaba aún más su adicción.

La noche estaba avanzada y llegó el momento de volver a casa. Matthew era el único que había llevado su automóvil, por lo que se ofreció a llevar a todos sus amigos de regreso a sus respectivos hogares. Dejó primero a Cris, luego a Diego y finalmente solo quedaba llevar a la pareja a la casa de Rodri. Los estaba llevando a la segunda residencia familiar de Rodri donde estarían solos. A pesar de estar un poco distante, a Matthew no le importaba. Quería mucho a su amigo y además, le brindaba la oportunidad de estar más cerca de Minerva, quien continuaba buscando su mirada a través del retrovisor.

Al llegar a la casa de Rodri, se prepararon para despedirse. Cuando llegó el momento de decir adiós a Minerva, el beso en la mejilla pareció prolongarse en el tiempo, generando una tensión palpable entre los dos. Ambos ansiaban algo más, deseaban ese contacto que la relación y el respeto por Rodri les impedían.

A continuación, Matthew se dirigió hacia el apartamento de sus padres, que estaba a unos 20 minutos de distancia. En el trayecto, no podía apartar de su mente a Minerva y a Rodri. Las contradicciones eran muchas y decidió dejarlas de lado.

Una vez en casa, buscó comodidad al cambiarse, pero justo en ese instante, recibió una notificación. Era un mensaje de Minerva a través de Instagram. Matthew sintió un repentino nerviosismo y abrió el mensaje.

"Me he dado cuenta de que olvidé mi bolso en tu coche. Lo necesito para poder regresar a mi casa mañana. ¿Sería posible que lo trajeras ahora? Rodri está durmiendo."

Matthew se vio ante una decisión que podría modificar el curso de la noche.

Capítulo 2 próximamente.

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