Perla es una matrona de 28 a帽os que ejerce en el mismo centro de salud desde que obtuvo su t铆tulo.
Es una mujer atractiva y seductora, de baja estatura, y posee unas curvas hermosas.
Tiene el cabello rubio y liso hasta la cintura, su busto es de buen tama帽o y su trasero es grande, pero bien definido.
Es la matrona m谩s guapa de ese centro de salud, motivo por el cual otras colegas sienten envidia de ella y muchos m茅dicos la desean. Perla ha mantenido relaciones 铆ntimas con algunos doctores.
Suele llevar el uniforme m谩s ajustado de lo habitual para resaltar su figura.
Se dirige a la habitaci贸n 234 donde le informaron que hay un hombre afectado por neumon铆a; minutos antes le entregaron el informe de alta de dicho hombre.
Al entrar en la habitaci贸n, observa al hombre dormido; su coraz贸n se acelera al ver a este hombre, ya que es sumamente atractivo y adem谩s est谩 durmiendo solo con sus b贸xers puestos.
El hombre se despierta y ella se apresura a acercarse para saludarlo.
-Hola Roberto.
-Hola se帽orita matrona, no me trates de se帽or, me haces sentir viejo y apenas tengo treinta a帽os.
-No eres para nada viejo, perm铆teme comenzar de nuevo: hola Roberto -continu贸 hablando- Aqu铆 tengo el informe de tu m茅dico, indica que te han dado de alta y puedes irte cuando desees.
-驴En serio me dieron el alta?
-S铆.
Una amplia sonrisa se dibuj贸 en el rostro de Roberto, quien se levant贸 de la cama y empez贸 a saltar mientras exclamaba.
-隆Estoy libre!
-Muchas gracias matrona -le dijo, abraz谩ndola con fuerza.
En ese momento, Perla sinti贸 la erecci贸n de Roberto y su uniforme se elev贸 a煤n m谩s, dejando parte de su trasero al descubierto, pero a ella no le molesto en absoluto.
Abraz贸 a Roberto y dese贸 que ese momento durara para siempre.
Cuando el joven se separ贸 de ella, Perla not贸 que su erecci贸n estaba al l铆mite.
-Disculpa por eso.
-No es necesario disculparse.
-Antes de irme, me gustar铆a saber c贸mo te llamas.
-Me llamo Perla Fern谩ndez.
-Ha sido un placer conocerte -le dijo Roberto.
脡l se dispon铆a a cambiarse para marcharse, pero la matrona cerr贸 la puerta con fuerza y le pidi贸 que esperara.
Sin cambiarse a煤n, se posicion贸 frente a ella, sin imaginar lo que suceder铆a a continuaci贸n.
Perla no dud贸 un instante y uni贸 sus labios a los de Roberto, colocando ambas manos en su pecho masculino y descendiendo hasta llegar a su zona 铆ntima, desliz谩ndole lentamente los b贸xers hasta quit谩rselos por completo, sin dejar de besarlo mientras exploraba la boca de Roberto con su juguetona lengua, quien se entregaba por completo a la belleza de esa mujer.
Al finalizar el beso, ella admir贸 el pene excitado de Roberto y se arrodill贸 de inmediato.
Perla tom贸 el pene, ya completamente erecto, y lo acarici贸 sensualmente, realizando una masturbaci贸n experta, d谩ndole numerosos besos en la punta y luego introduci茅ndoselo por completo en la boca, ya que contaba con experiencia en ese tipo de pr谩cticas, su lengua estaba familiarizada con los penes, movi茅ndose de forma experta y deliciosa.
Sus manos no dejaron de masajear suavemente los test铆culos de Roberto mientras duraba esa deliciosa felaci贸n.
Ella no apart贸 la mirada de los ojos de Roberto, lo cual le encant贸.
Roberto acarici贸 la cabeza de Perla y la incit贸 a profundizar m谩s en su miembro, logrando que lo envolviera por completo con su boca, pero aun as铆 ella no dejaba de practicarle sexo oral.
La felaci贸n dur贸 unos minutos y al finalizar ambos ten铆an una sonrisa de satisfacci贸n.
Perla
Sonri贸 con alegr铆a al reencontrarse con la satisfacci贸n de disfrutar de un pene de calidad.
Roberto exhib铆a una amplia sonrisa, y es que esa misma jornada una encantadora enfermera se hab铆a encargado de proporcionarle placer oral luego de recibir el alta m茅dica. Acto seguido, Perla comenz贸 a despojarse de sus prendas hasta quedar completamente desnuda, dejando al paciente prendado por su figura espl茅ndidamente moldeada.
Al despojarse por completo, la visi贸n de la exquisita vulva de Perla dej贸 a Roberto absorto: su vagina era tan preciosa como la propietaria, luciendo de un tono blanco, con unos labios vaginales rosados y una delicada cantidad de vello rubio adorn谩ndola.
Una vez que Perla se recost贸 en la cama, lo primero que hizo Roberto fue aplicar generosas cantidades de lengua y saliva a lo largo de su cl铆toris, para luego adentrarse completamente con su lengua en ella.
Mientras deleitaba la vagina con exquisita maestr铆a, Roberto no cesaba de acariciar los pechos de Perla, quien disfrutaba inmensamente esa combinaci贸n: una lengua juguetona dentro de su vagina y unas manos traviesas masajeando sus senos como si los conociera de toda la vida, no tardando en estremecerse de placer.
Perla alcanz贸 el cl铆max con un potente orgasmo femenino en la boca de Roberto, cuando este hundi贸 su lengua profundamente en su cl铆toris y vari贸 la velocidad del maravilloso sexo oral.
Finalmente, el paciente degust贸 todos los deliciosos fluidos de la hermosa enfermera.
Con delicadeza, Roberto se acost贸 sobre ella y la penetr贸 suavemente, sintiendo c贸mo su pene se sumerg铆a por completo en su h煤meda vagina, lo que provoc贸 un gemido de placer de parte de Perla, quien clav贸 las u帽as en la espalda del hombre al un铆sono.
脡l comenz贸 a moverse, aumentando la intensidad de sus embestidas en cada retorno y adentr谩ndose m谩s profundo en su vagina, mientras ella le clavaba las u帽as en la espalda, ambos disfrutaban de este acto; despu茅s de todo, esa era la raz贸n por la cual Roberto la estaba poseyendo tan apasionadamente, buscaba sentirse a ella y que esa seductora mujer lo sintiera plenamente a 茅l. No se conformaba solo con una tarde de pasi贸n, anhelaba que fuese una experiencia memorable y, a trav茅s de su penetraci贸n, lo estaba logrando.
Perla jam谩s habr铆a imaginado esta situaci贸n, pues no hab铆a previsto que en alg煤n momento un paciente lograra poseerla de forma tan placentera y hacerle el amor con mayor destreza que los doctores con los que hab铆a estado.
Sin lugar a dudas, este hombre se estaba volviendo inolvidable. Deseaba que ese gratificante encuentro sexual se prolongara durante toda la tarde y gran parte de la noche.
Mientras ella se sum铆a en sus pensamientos, Roberto decidi贸 cambiar de posici贸n.
Perla qued贸 acostada boca abajo con su trasero en alto, momento en el que Roberto se recost贸 sobre ella, pero esta vez la penetr贸 analmente, colocando ambas manos debajo del abdomen de la enfermera y procediendo a moverse con caricias y gemidos.
Las embestidas eran tan en茅rgicas que incluso la cama temblaba de un lado a otro, y Perla, quien estaba siendo penetrada con intensidad, disfrutaba sobremanera de la situaci贸n, pues le fascinaba ser tomada por detr谩s.
Los minutos del salvaje sexo anal fueron una verdadera exaltaci贸n, culminando con Roberto eyaculando dentro del trasero de Perla.
-No deseo que perdamos el contacto -le expres贸 Roberto.
-Antes, dime qu茅 hora es -solicit贸 la enfermera.
-Ya son las ocho y media.
-Mi turno ha finalizado.
-Y yo he recibido el alta, es momento de vestirnos; si gustas, podemos irnos juntos.
-驴Es demasiado pronto para querer pasar la noche en tu casa?
-Ser铆a un placer que pasaras la noche en mi hogar, bella enfermera -le respondi贸 茅l, inclin谩ndose para darle un suave beso en los labios.
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