Voy a compartir una experiencia que viví en la oficina, tengo una colega llamada Karen, de estatura promedio, con buenas piernas, grandes senos y hermosas nalgas. Siempre tenemos charlas subidas de tono y con contenido sexual, bromeamos al respecto, insinuando que tenemos encuentros sexuales. Yo soy un hombre normal, no me considero atractivo pero tampoco feo, intento hacer ejercicio con regularidad y soy muy activo sexualmente. Una noche, después de un agotador día de trabajo, Karen me llamó y me pidió que revisara mi correo electrónico, esto es lo que encontré:
¡Hola querido Juan!... Hoy no he dejado de pensar en ti y en todas las locuras que quiero hacer contigo y con nuestra amiga Chela (una mujer bajita, delgada pero muy ardiente). Planeamos ir a una casa cerca de la playa, estar desnudos los tres, tomar el sol, beber unas cervezas frías, disfrutar de la piscina y comenzar un juego sexual que me resulta muy tentador. Primero, te lameré desde el pene, pasaré por tus testículos y llegaré a tu delicioso trasero... Mientras tú abres las piernas de Chela para complacerla oralmente... Luego, ambas te daremos sexo oral hasta que nuestros labios se toquen y nos besemos fugazmente...
Luego, la pondrás en posición de perrito y la penetrarás fuerte y profundamente, mientras yo disfruto del sexo oral de Chela y mi clítoris es estimulado por su lengua... Lo hace tan bien que no puedo evitar moverme y gemir de placer... Al mismo tiempo, tú la penetras analmente una y otra vez, abriendo sus nalgas y dejando escapar tu semen que se desliza entre ellas... En ese momento, no puedo contener un gemido, más parecido a un grito de placer al alcanzar el orgasmo, el cual Chela disfruta con lujuria... Terminamos los tres y nos damos un apasionado beso, luego nos sumergimos juntos en la ducha mientras continuamos explorándonos mutuamente...
Así terminaba el correo enviado por Karen... me dejó excitado y completamente excitado.
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