En la universidad tuve un compañero con una condición extraña en sus vértebras cervicales, lo que le daba la apariencia de no tener cuello, además era muy bajo, medía alrededor de 1.40 metros.
Por otro lado existía una compañera delgada, con curvas muy atractivas y unas nalgas muy buenas, a la cual todos deseábamos.
Una noche se organizó una fiesta en casa de una chica, a la que asistieron los protagonistas de esta historia y la chica ya estaba muy desinhibida, todos jugaban "yo nunca, nunca".
Cada vez que alguien mencionaba algo relacionado con sexo, ella bebía, por ejemplo, si uno de los participantes decía algo con lo que se identificara, ella tomaba de su vaso, más o menos así:
-Yo nunca, nunca, he practicado sexo oral en un taxi.
Y ella bebía.
-Yo nunca, nunca, he tenido relaciones íntimas en la casa de mis padres.
Otro más.
-Yo nunca, nunca he hecho la posición del perrito.
Ella volvía a beber.
Así fue como la chica se emborrachó y se retiró a una habitación a descansar, pasó un tiempo y el compañero se sintió de la misma manera, se fue a acostar y al ver a la chica "dormida", le bajó los pantalones, le abrió las piernas y comenzó a realizar sexo oral, la chica sostuvo su cabeza con las manos y la acercó más a su zona íntima.
En ese momento abrieron la puerta, todos se rieron, no pasó a mayores y así se corrió el chisme por toda la universidad.
Fin.
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