La inesperada revelación de mi amiga por WhatsApp (padre e hija)


Escuchar este audio relato erótico
4.8
(5)

Saludos Fabián, al leer tus relatos noté tu estilo de escritura y me agradó. Hoy quiero compartir mi historia contigo y me encantaría que la puedas publicar en CuentoRelatos, si pudieras cambiar los detalles como el país y los nombres, lo apreciaría.

Al despertar, me encontré con varios mensajes en WhatsApp, los cuales provenían de mi mejor amiga. A continuación, los transcribo:

- Amiga, buenas noches. ¿Estás dormida?

- Amiga...

- Por favor, contesta...

- Es algo importante...

- Bueno, cuando despiertes, esperaré tu respuesta. No es algo grave, pero sí relevante.

Al despertar, le respondí:

- ¿Qué sucede, amiga?

- No, Viviana, solo quería contarte algo especial que nos concierne a ambas. Por adelantado, pido que no te enojes con lo que te voy a decir.

- Adelante, Silvia, dime qué ocurre.

- Hay algo que no sabes: desde hace un tiempo, mantengo relaciones íntimas con tu padre.

- ¿Qué?

- Sí, amiga, directo al grano. Estoy involucrada con tu padre.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes?

- Pensé que te molestaría, por eso lo oculté. Pero decidí ser sincera porque tengo algo importante que compartir contigo, algo que necesitas saber, y él me dijo que te lo confesara.

- Primero, obviamente me duele. Segundo, lo entiendo, ya que desde que quedó viudo no ha tenido pareja. Tercero, ¿estás esperando un hijo suyo?

- No, amiga, nada de eso. Ven a casa y hablamos en persona.

- Estaré allí en unas horas.

Al llegar, me recibió con un abrazo afectuoso y se disculpó. Me pidió que entrara y tomara asiento mientras preparaba el mate.

- Antes de comenzar, debo advertirte que lo que te voy a contar es muy impactante. Tómate tu tiempo para pensarlo, no te arrepentirás.

- Entendido, Silvia. Pero, ¿es realmente grave?

- No es grave, pero...

- Dime todo, amiga, estoy lista para escucharte.

Entonces, me pidió permiso para compartir detalles íntimos sobre su relación con mi padre, y yo accedí, deseosa de conocer la verdad completa.

Comenzó describiendo la longitud y el grosor del miembro de mi padre, mencionando las caricias románticas que nunca había experimentado con nadie más, cómo exploró cada parte de su cuerpo con curiosidad y la delicadeza del acto sexual, incluyendo cómo disfrutó del sexo anal con él como nunca antes lo había hecho.

Al escuchar su relato, me encontré excitada y ansiosa, sabiendo que era verídico, dado que Silvia nunca mentiría y la evidencia estaba a la vista.

- Sil, ¿me llamaste solo para contarme sobre tu relación íntima con mi padre?

- No, amiga, prepárate para lo inesperado. Él me ha confesado algo que no puedo ocultarte.

- Estoy lista, cuéntamelo ya.

- Tu padre está enamorado de ti y anhela estar contigo.

- ¿Cómo?

- Sí, mi querida amiga. Quiere estar íntimamente contigo. Dice que tu cuerpo es increíble, y anhela el momento de tenerte en su cama, solo para él.

- No comprendo.

- Vamos, querida amiga, es evidente. Tu padre anhela tenerte. Piensa que tienes un físico perfecto, a tus treinta y ocho años, con un trasero espectacular, una figura impresionante, dos senos hermosos, una cara angelical y unos ojos azules que cautivan a cualquiera.

- Pero, ¿qué debo hacer? No creo que ninguno de los dos tome la iniciativa...

La confesión de mi padre me sorprendió, pero aún más mi propia reacción. Aunque tenía dudas, mi cuerpo y mi mente parecían estar de acuerdo. En ese momento, la excitación estaba nublando mi juicio, con la lucha interna entre la tentación y la moralidad.

Vamos con eso. La segunda alternativa fue la que se impuso.

- No es necesario que alguien tome la iniciativa, nada más sencillo. Cuando llegues tú o él (él o tú) a casa y se saluden, como si nada, gira tu rostro hacia su boca, no lo retire, actúa sorprendida, deja que vuestros labios se encuentren, abre bien los ojos y solo déjate llevar, lo demás fluirá sin problemas.

- Pero... él está saliendo contigo.

- Lo nuestro es ocasional, cuando alguno de los dos lo desee. Lo mejor que puedes hacer es no preocuparte, ahora ve a casa, haz lo que te dije y luego me cuentas.

Me fui a casa sin poder creer lo que había escuchado y la sugerencia que me habían hecho. No sabía qué decisión tomar. Siempre fui una persona muy resuelta, nunca dudé, pero en ese momento me encontraba con sentimientos encontrados. Es cierto que mi papá es atractivo, algo rellenito, pero tiene unos brazos y piernas atléticos. Cuando nos encontremos, veremos qué sucede.

Una vez en casa, me sentía como una fiera enjaulada, caminando de un lado a otro. Todavía no había decidido qué hacer, cuando escuché las llaves en la cerradura. Mi corazón latía con fuerza, mis manos sudaban, mis piernas temblaban como una hoja, sentí un calor intenso en la cara, seguramente estaba colorada y era evidente. Siguiendo el consejo de mi amiga, me vestí según sus indicaciones. Estaba con una camisola que dejaba entrever mi cuerpo y la ropa interior, algo que había decidido añadir por mi cuenta era la ausencia de sostén, permitiéndose ver las aureolas y el pezón, pequeño, duro y erecto. ¿Erecto? Comencé a notar las señales: pezones erectos, humedad vaginal y palpitaciones en la misma, un cosquilleo recorrió mi abdomen y mi respiración se agitó.

Él se acercó para saludarme e instintivamente, y por suerte, al recibir un beso en la mejilla, aproveché un ruido exterior para girar mi rostro sin pensarlo, entonces nuestros labios se encontraron. Nos quedamos quietos unos segundos, hasta que mis labios lentamente se separaron, papá empezó a besarme, utilizando su lengua para explorar mi boca que empezaba a responder, los labios que se abrían para corresponder al cálido beso con una danza de lenguas apasionadas y deseadas, olvidando por completo quién era el hombre frente a mí. Y entonces sucedió lo inevitable.

Al día siguiente, lo primero que hice al despertar fue enviar un mensaje a mi amiga.

- Silvia... ¿ya estás despierta?

No tardó ni un minuto en responder.

- Hola Vivi, sí, ya me levanté.

- Bueno, todo sucedió tal como lo dijiste.

- Cuéntame ahora, quiero todos los detalles.

- Al llegar a casa, hice exactamente lo que me dijiste. Al saludarme, aproveché un ruido para girar mi rostro y nuestros labios se encontraron en un beso apasionado y amoroso, sus manos fuertes bajaron a mis nalgas apretándolas, mi vagina estaba empapando la ropa interior en ese momento, mi mente en blanco.

- Amiga, vente a casa ahora y cuéntamelo en persona, por supuesto, trae medialunas para desayunar, yo prepararé el mate y me cuentas con lujo de detalles.

- Claro, ahí voy.

Al llegar, Silvia estaba esperando con el mate, entré y comencé a relatarle.

- Como te decía, mi vagina ya estaba mojada, pasó su mano por mi parte delantera suavemente, mis piernas empezaron a separarse, como una invitación sutil al juego previo de lo que estaba por venir. Sus dedos hábiles seguían el contorno de mi ropa interior mientras su boca buscaba mis pezones endurecidos, lo cual se dificultaba por la ropa que llevaba puesta, pero no fue impedimento. Con gran habilidad, fue quitando cada trozo de tela que cubría mi cuerpo.

Con un poco de torpe ayuda por mi parte, hizo lo mismo con la suya, dejando al descubierto su miembro delicioso, el cual, como dijiste, sin ser enorme, tenía el tamaño perfecto para darme placer.

que mi cuerpo estaba aguardando en ese instante.

Me abrazó y me llevó en brazos hacia la habitación donde tantas veces mi madre y él habían hecho el amor, me acostó en la cama y recorrió toda mi estructura con las puntas de sus dedos, erizándome la piel, deteniéndose en la marca dejada por el cordón umbilical en mi abdomen.

Esos suaves roces fueron aumentando, casi podrían compararse con masajes, los realizaba en mis muslos, acercando sus pulgares a mi entrepierna ardiente, provocando una intensa anticipación. Sin embargo, cuando pensé que la acción comenzaba, se alejaba y volvía a acercarse con una presión suave en círculos, generando tensión en la piel de la zona y provocando que los labios vaginales se abrieran y cerraran con un sonido similar a un chasquido. Finalmente, dos de sus dedos ingresaron en la cavidad húmeda de mi vagina, desencadenando una sensación eléctrica que recorrió todo mi cuerpo. Te aseguro, amiga, que no sé si fue por la excitación de estar con mi padre o por una necesidad de placer tan intensa, pero ese fue mi primer orgasmo.

Al escuchar mis gemidos, se posicionó sobre mí introduciendo su potente miembro, abriéndose paso fácilmente, mientras que sus manos buscaban mis pechos y los sujetaban con firmeza. Entre gemidos ahogados por un "te amo", me observaba con lujuria mientras penetraba suavemente mi ansioso sexo.

Intentando mantener a raya mis instintos más profundos, nuestros movimientos eran acordes a la situación: lentos, tranquilos y sumamente sensuales. Casi parecían sincronizarse con mis gemidos, tímidos y restringidos, cada vez que embestía con su dulce miembro, haciéndolo chocar con mis partes íntimas.

Comencé a percibir sus jadeos, señal inequívoca de la proximidad de su orgasmo, lo cual me excitó aún más. Poco después, sentí su liberación en mi interior, donde los espermatozoides encontraban su morada temporal, reposando en el calor de mis entrañas... Casi sin darme cuenta, también alcancé un intenso orgasmo, que sobrevino sin previo aviso, sorprendiéndome con sus sensaciones y satisfaciendo mi anhelo de placer.

Al retirar su miembro, no dudé en limpiar hábilmente cualquier rastro de semen con mi boca y lengua, saboreando su esencia mezclada con la mía.

- ¡Pero amiga, fue una experiencia increíble! ¡Viste que no te ibas a arrepentir, es el amante perfecto!

- Sí, en verdad que sí, la pasamos de maravilla. Y seguimos disfrutando juntas después de conversar sobre lo ocurrido, entregándonos al amor durante toda la tarde y prolongándolo hasta la noche, brindándonos extensos momentos de sexo oral y compartiendo nuestros fluidos para saborear nuestras esencias.

- Eso es genial Viviana, me alegra que todo haya salido bien. Ahora... tengo una pregunta para hacerte (riendo a carcajadas) ¿seguirás compartiéndolo conmigo?

- Por supuesto que sí, de hecho, incluso pensé que en el futuro podríamos involucrarnos los tres juntos.

- ¡Sería grandioso! Pero vamos despacio, tú tienes tu secreto con él y yo tengo mi secreto contigo, aún no es momento de revelar que nosotras también tenemos encuentros íntimos de vez en cuando.

- No creo que se oponga, pero es cierto, debemos darle tiempo.

Después de discutir en detalle todo lo sucedido, ambas estábamos ansiosas de sexo, y aunque yo aún sentía los efectos del día anterior, nos reservamos un tiempo para disfrutar de nuestros juegos amorosos, contemplando lo que nos depara el futuro.

¿Te ha gustado este relato erótico?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Puntuación promedio 4.8 / 5. Recuento de votos: 5

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Ya que que te ha gustado este relato...

Puedes compartirlo en redes sociales!

¡Siento que este relato no te haya gustado!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

Otros relatos que te gustará leer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir
Contacto | A cerca de Nosotros | Seguinos en Ivoox y en x.com