Gran instituto de cocina (parte 9)


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Estoy en el Uber muy triste, me siento mal porque no me había dado cuenta de lo obvio que era que no estaba enamorada de Roel y encima le he lastimado, ha sido muy injusto para él. Me molesta haber arruinado lo que teníamos por alguien que ni siquiera sabe que existo fuera de la escuela.

De camino a la ciudad le mando un mensaje al grupo de Amigos:

"Hola chicos, ¿les gustaría tener una noche de pijamas antes de empezar las clases de nuevo? Necesito una noche con amigos"

Todos contestan rápidamente y en poco tiempo organizamos una reunión para el fin de semana antes de empezar las clases. Gracias a los comentarios tontos que hacen me calmo un poco, cuando llego a casa aún tengo los ojos hinchados por llorar y todos en casa se preocupan al verme así, pero los tranquilizo y les explico que terminé la relación con Roel y que estaré bien, que se me pasará el disgusto.

***

Ya han pasado 2 semanas desde que terminé con Roel y me siento un poco mejor, aunque todavía me duele pensar en el daño que le causé, reconozco lo que sucedió en Nochevieja, sé que en parte fue culpa mía y lo acepto.

Llega el fin de semana de la pijamada y nos reunimos con un montón de bebida y algo de comida. Esta vez hacemos la pijamada en casa de Nico.

Mientras cenamos les cuento lo que pasó con Roel a medias, porque no quiero hablar de cómo Jorge está tan presente en mi mente que no me ha permitido tener una relación sana con mi exnovio, y luego empieza la fiesta con bebida y los cigarrillos especiales de Carlota.

Pierdo la cuenta de los chupitos que tomo, Laura es la primera en quedarse dormida y Carlota le sigue. Nico y yo somos los últimos hablando y riéndonos de cualquier tontería.

Nico es un chico normal con pelo rubio, ojos azules, no muy atractivo, pero con un cuerpo bien trabajado, ha pasado muchas horas en el gimnasio, no es muy alto, apenas me saca un par de dedos, puede ser el alcohol, pero lo veo más atractivo de lo habitual.

Al hacer mucho ruido decidimos ir a la cocina a seguir con la fiesta, abrimos un bote de helado y lo compartimos, esos cigarrillos te abren mucho el apetito.

Mientras comemos helado, nos miramos a los ojos y de repente Nico me besa apasionadamente, a lo que yo respondo con deseo. Nos ponemos de pie y él comienza a acariciar mis glúteos, luego pasa a los pechos, yo solo enredo mis dedos en su cabello rubio. Claramente esto es resultado del alcohol y tabaco especial que hemos consumido, pero aún así me dejo llevar, de alguna manera me recuerda a cuando Roel y yo éramos amigos con derechos.

Nico es muy decidido y empieza a quitarme la blusa, mete las manos por debajo de mi pantalón hasta llegar a mi intimidad, al tocarla y sentir lo excitada que estoy, saca los dedos y, mirándome a los ojos, se los lleva a la boca para saborear mi excitación, me hace apoyar en la encimera de la cocina y se arrodilla frente a mí, me quita el pantalón y pasa su lengua desde mi pie derecho hasta mi zona íntima, donde se detiene a explorar, introduce la lengua, la saca, pasa los dientes por el clítoris y finalmente lo lame y succiona, mis piernas no dejan de temblar, se levanta y muestra dos dedos diciendo:

- ¿Quieres que los use? - niego con la cabeza, tomo su mano, la cierro en un puño y le respondo.

- Esto es lo que quiero dentro.

- ¿Ninguno? - nuevamente niego con la cabeza.

- Todo. - Lo miro con deseo, Nico abre tanto los ojos que parece que se le van a salir.

- ¡Perfecto, entonces empecemos! - está entusiasmado.

Me toma de la cintura.

y con gran facilidad me elevo al mármol, abro ampliamente mis piernas y me sostiene la mirada cuando comienza a introducir los dos primeros dedos. Yo asiento con la cabeza en señal de aprobación y comienza la diversión. Desliza los dedos dentro y fuera unas 4 veces para asegurarse de mi comodidad, y agrega otro dedo, repitiendo el proceso hasta llegar a 5. Inicialmente, solo introduce los dedos, pero una vez considera oportuno, retira los dedos, convierte la mano en un puño y lo introduce muy lentamente en mí. Cojo su otra mano, la dirijo hacia mi vientre y ejerzo presión para que sienta su puño dentro de mí también. Sus ojos brillan como los de un niño con un juguete nuevo, está muy emocionado y aumenta el ritmo, mientras yo pierdo el control, sumergiéndome en una espiral de placer hasta que un impresionante squirt brota de mí. Nico retira su puño de mi sexo, y con un masaje en mis pechos y vientre, me entrega todos mis fluidos.

Al recuperarme, bajo del mármol y le doy un beso apasionado. Percibo su erección marcando en sus pantalones, deseo probarla intensamente. Le quito la camiseta y descubro su imponente físico, le mimo los pezones con besos hasta llegar a su pantalón. Retiro su pantalón con destreza y libero su erecto miembro, grande y grueso. Por un momento, dudo de si podrá caber entero en mi boca, pero decido arriesgarme y lo introduzco de golpe. Nico golpea el mármol y al mirar hacia arriba observo cómo inclina la cabeza hacia atrás con la mandíbula tensa, disfrutando intensamente. Aumento el ritmo, saco mi as bajo la manga, dejo mis dientes al descubierto y acaricio su miembro suavemente mientras masajeo delicadamente el glande con la otra mano. Siento sus caderas empujar contra mí hasta que finalmente eyacula en mi boca. Trago su semen, me pongo de pie y noto una gota escaparse por mi labio. Tomo su mano, recojo la gota de semen y chupo su dedo con fuerza, mientras mantengo contacto visual con él. Con determinación, me toma de la cintura, me besa bruscamente y me da la vuelta, inclinándome sobre el mármol. Me da un fuerte cachete y me penetra de golpe, con firmeza y rapidez, profundizando en mí con fuerza, y en pocas embestidas ambos alcanzamos un orgasmo simultáneo y apasionado. Me sujeta de la cintura, se incorpora conmigo, se apoya en la pared y nos deslizamos hasta quedar sentados en el suelo, aún unidos.

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