Desde la fiesta en la disco, hasta la leche en casa


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Saludos compañeros, retorno a redactar tras un largo lapso, los tenía descuidados.

Es algo gracioso y va en contra de lo comúnmente aceptado como normal.

Decidí quedarme en casa con papá, ya que mamá se encontraba de visita en casa de mi tía durante un fin de semana. Por costumbre, salí a una discoteca con Vale, donde nos divertimos bailando. Un grupo de chicos nos invitaron a una ronda de tragos, aceptamos y nos unimos a ellos, todo transcurría en un ambiente amistoso, sin ninguna otra intención, era simplemente una noche para disfrutar con Vale.

Hacia las 3 de la madrugada, el alcohol estaba haciendo efecto en mí, me sentía realmente agotada y deseaba llegar a casa. Preocupada por el hecho de que mi papá estaba con unos ex compañeros suyos (y siempre aprovechaba la ausencia de mamá para beber en exceso), le propuse a Vale retirarnos. Los chicos de la discoteca también estaban abandonando el lugar, así que decidimos compartir un Uber: éramos 6 en total, Vale, yo, otra chica y tres chicos. Al no caber todos en el mismo asiento, Vale se sentó al lado del conductor con la chica más pequeña del grupo, mientras que yo tuve que subir al regazo de Renato, un atractivo brasileño. Al subir al auto, todo parecía normal. Yo llevaba una minifalda corta y, durante el trayecto, pude percibir que Renato, quien me tenía en su regazo, estaba teniendo una notable erección sin que lo tocara, ya estaba excitado por mí.

Establecimos una conexión con el conductor y conversábamos como si ya fuéramos conocidos. La chica que iba a mi lado, junto a su novio, estaba entregada a un apasionado beso que empezó a excitarme. Aprovechando la charla grupal, me moví un poco para bajar la cremallera de Renato, saqué su pene, aparté mi ropa interior a un lado y lo introduje en mi vagina. Discretamente comencé a moverme en círculos, mientras él me sujetaba por la cintura. No logré alcanzar un orgasmo, la situación era incómoda, pero sentí que él eyaculaba dentro de mí.

Al disponerme a bajarme, Renato guardó su miembro y me apeé del auto frente a mi casa, con su esperma deslizándose entre mis piernas.

Al entrar en casa, vi a uno de los amigos de papá durmiendo en el sofá de la sala. Sin hacer ruido, fui hasta mi habitación y encontré a otro señor dormido en la silla del escritorio. Les juro que me sentía muy excitada, ansiaba tener sexo vaginal hasta llegar al clímax. Me asomé a la habitación de mis padres: papá estaba profundamente dormido boca arriba.

Desnudándome en mi habitación, el señor despertó. Permanecí quieta y creo que él pensó que estaba en su propia casa. Se levantó y se acostó en mi cama. Yo me quedé desnuda e inmóvil observando sus movimientos, intrigada. Me acosté a su lado y estuvimos así un rato, ambos de espaldas. Eventualmente, él giró hacia mí y cruzó sus brazos alrededor de mi cintura. Sin moverme, exhausta por el cansancio, estuve a punto de dormirme.

Unos 15 minutos después, percibí que él se desvestía. Sin hacer nada, yo llevaba un short corto y ninguna ropa interior, completamente desnuda en la parte superior. Sentí que él también estaba totalmente desnudo, se acercó a mí y pude sentir su miembro contra mis nalgas. Extendió sus brazos y los colocó sobre mis pechos. Todo quedó en silencio durante unos minutos...

Con el calor aumentando y papá profundamente dormido a causa del alcohol, me di la vuelta para enfrentarme al señor, bajé mis manos y comencé a masturbarlo. Se despertó y me abrazó, su pene indicaba un alto nivel de excitación. Me agarró con fuerza y nos besamos, él parecía desorientado por el alcohol, el aroma era evidente. Lentamente lo coloqué boca arriba y me coloqué sobre él, introduciendo su miembro. Apenas un gemido, pero luego perdió la erección y volvió a dormirse.

Para evitar levantar sospechas sobre la relación con el amigo de mi papá, opté por dormir en la habitación de mis padres, casi desnuda y con mi papá medio despierto, viendo porno en la televisión, completamente desnudo y masturbándose,

Su miembro viril estaba en erección, no me percibió ingresar, lo coloqué en la otra cama y lo contemplaba, noté que se iba quedando dormido y luego reaccionaba de nuevo con masturbaciones, les aseguro que desconozco lo que me sucedió, apagué la televisión y me trasladé a su lado, posee un hermoso miembro viril, ancho y extenso, las bebidas nos afectaron mal.

Me acomodé y lo abracé, después de un rato él reaccionó, encendió la luz, me miró, yo me encontraba totalmente desnuda, "hola hija, ¿por qué estás así desnuda a mi lado?" me cuestionó, "Nada papá, quiero dormir contigo" le respondí, intentó vestirse y lo abracé fuertemente, él también me abrazó y de un beso en la mejilla, pasó a mi frente y luego nos besamos en los labios, primero un beso común, luego ya con pasión y lengua, mis manos fueron directamente a su miembro viril, estaba enorme y firme, deseaba alejarse, pero el deseo fue más fuerte, descendió por mis pechos y en un instante, estaba practicándome sexo oral en la vagina.

Olvidamos nuestra condición de padre e hija, abrió mis piernas sobre su hombro e introdujo su inmenso miembro viril en mi vagina, gemí muy fuerte, cada embestida era deliciosa, me acariciaba por completo y yo a él, no podía creer que estaba teniendo relaciones sexuales con papá, y él penetrando la vagina de su princesita, lo giré boca arriba y me monté sobre su falo, lo miré fijamente mientras su miembro viril me penetraba y llevé mis labios a los de él gimiendo de placer, en menos de 5 minutos llegué al orgasmo, grité de placer, seguí moviéndome entre mis contracciones y sentí que me llenaba la vagina de semen, les juro que he tenido relaciones sexuales con muchos hombres, pero papá me hizo disfrutar como si estuviera con dos.

Quedó dormido desnudo, con el miembro viril goteando con los fluidos de su hija, no podía quedarme allí, así que regresé a mi habitación y dormí al lado del amigo, me dejé penetrar un par de veces, cambiaba de posición y me la introducía de vez en cuando, antes de que ellos despertaran, me duché y salí al trabajo.

Esa noche al llegar a casa, papá solo me miró y me saludó como siempre, creo que se imagina que fue un sueño, él estaba muy ebrio y la verdad, no me arrepiento, la pasé muy bien, demasiado bien.

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