Hola, me llamo Carolina y tengo 28 años. Actualmente resido en alguna región de México. Poseo una figura rellena, me describen como una persona con curvas atractivas para hombres y mujeres, piel ligeramente morena y mido 1.75 metros de estatura. Desde niña me fascinaba la indumentaria femenina, incluyendo vestidos y ropa interior. A veces solía ponerme la ropa de mi mamá o hermanas, lo cual me hacía sentir feliz.
Cuando cumplí los 18 años, comencé mis estudios universitarios en otra ciudad, por lo que tuve que alquilar una residencia cercana al campus. Esta situación me alegraba, ya que significaba tener mi propio espacio, lejos de posibles descubrimientos. Sin embargo, nadie sospechó mi situación mientras vivía cerca de la universidad; fue en casa de mis padres donde finalmente fui descubierta, y eso es lo que les voy a relatar.
Era invierno y acababa de finalizar el semestre con las mejores calificaciones de la clase. Tenía previsto regresar a casa dos semanas antes de lo habitual, lo que me permitiría disfrutar de un mes en casa mientras mis compañeros se preparaban para exámenes de recuperación. Así que, al no tener obligaciones pendientes, decidí volver a casa un sábado por la mañana.
Al llegar a casa al mediodía, me di cuenta de que mi familia aún no había regresado, ya que trabajaban hasta las 2 de la tarde. Mi corazón ansiaba vestirme con ropa femenina, pero sabía que tendría más tiempo para eso más adelante. Ese fin de semana transcurrió sin novedades, hasta que llegó el lunes. Mis padres salieron a trabajar a las 7 de la mañana, mis hermanas tampoco estaban, una estaba en el trabajo y la otra de excursión con su "amigo", así que me encontraba solo en casa por unas 12 horas, con todo el día por delante.
Sin dudarlo, decidí tomar una ducha para depilarme por completo, luego busqué en el armario algunas prendas que pudiera utilizar. Me puse lencería sensual, una blusa blanca semi transparente, una minifalda negra, medias de encaje hasta la media pierna, una peluca de mis hermanas, maquillaje, joyas de mi madre y unos tacones negros que había adquirido durante mi etapa universitaria. Al contemplarme en el espejo, me sentí enamorada de mi apariencia; la falda ajustada realzaba mis caderas y me veía espectacular.
Saliendo de la habitación, con confianza, me dirigí a preparar el desayuno. Cociné algunos wafles y me serví un vaso de chocomilk para disfrutar la primera comida del día. Después, lavé los utensilios de cocina y continué con la tarea de lavar la ropa. Fue entonces, al acercarme a la lavadora, cuando noté material de construcción y una pared nueva al fondo que no recordaba. Intenté contactar a mis padres para aclarar la situación, pero no obtuve respuesta. Sin darle mayor importancia, regresé a la casa.
Más tarde, me senté frente al televisor y, debido al volumen alto, no percibí cuando alguien entró en la casa. Fue hasta que escuché una voz familiar y profunda que reaccioné, silenciando el televisor. La persona presentándose dijo: "Hola, buenos días". Aunque no quería voltear, levanté la mano en señal de saludo. La persona continuó: "Vine a continuar con el trabajo, ¿podrías por favor abrirme el portón para que pueda traer mis herramientas?".
Confundida sobre qué hacer, me vi obligada a enfrentar la situación y observar a la persona frente a mí. En ese momento, sentí que el corazón se me salía del pecho al reconocer a mi tío; un hombre con quien no mantenía una buena relación, ya que solía ser autoritario y trataba mal a mi tía en público. Incluso la había agredido físicamente en varias ocasiones, argumentando su frustración por su incapacidad para tener hijos. Se habían casado cuando yo tenía 10 años; mi tía, hermana de mi madre, y él, mi tío político. A pesar de mis esfuerzos por respetarlo por ser mi pariente, en ese momento él contaba con 45 años, siendo mayor que mi tía.
durante 11 años más o menos.
Aunque debo confesar que es bastante atractivo, alto, barbudo, con mirada seria todo el tiempo, manos muy grandes, y una barriga algo prominente, por eso al verlo me asusté mucho porque no sabía cómo reaccionaría, le miré fijamente y él a mí, obviamente sabía que era yo, ya que conocía a mis hermanas y sabía que no estaban, pero solo sonrió y dijo:
Tío: jejeje no sabía que mi cuñada tuviera 3 hijas.
Yo avergonzada simplemente bajé la cabeza, pero me sorprendió lo que dijo:
Tío: tranquila o tranquilo, no hay problema si te gusta eso, está bien pero no tienes por qué sentirte avergonzada.
Levanté la cara y sonreí, a lo que él respondió:
Tío: anda, ve a abrirme el portón y luego regresa adentro para que no te sientas incómoda.
Rápidamente asentí con la cabeza y fui a abrir, él metió sus herramientas y volví a cerrar, me miró y dijo:
Tío: disculpa si pensaste que me estaba burlando de ti, simplemente no podía creer que fueras tú, por eso mencioné lo de las 3 hermanas, porque si de por sí tus hermanas son hermosas, tú también les haces competencia (sonríe).
Me sonrojé al oír que me llamaba hermosa, recogió sus cosas y se fue a trabajar, me senté en el sofá y empecé a reflexionar sobre lo sucedido, en especial, no podía creer que ese hombre que tantas veces había tenido actitudes violentas me hubiera entendido y, sobre todo, que no buscará nada más, su actitud me sorprendió, pero dejé que se pusiera a trabajar. A la hora de la comida me llamó y fui, ya más relajado, a lo que dijo:
Tío: ¿qué pasó? Esta mañana había una sobrina muy bonita y ahora hay un sobrino bastante desaliñado jejeje
Yo: jejeje ¿qué pasó tío?
Tío: oye, ¿me permites calentar mi comida en el microondas, por favor?
Yo: sí, adelante, está allí
Tío: gracias.
Mi tío pasó y calentó su comida, mientras yo estaba sentado, cortando cebolla, tomó una silla, se sentó y comenzó a conversar sobre lo que había ocurrido por la mañana:
Tío: disculpa sobrino, ¿te puedo hacer algunas preguntas?
Yo: sí, dime
Tío: ¿por qué haces eso?
Yo: ¿hacer qué?
Tío: vestirte como mujer
Yo: mmm no lo sé, simplemente me gusta
Tío: ¿y eres gay o algo así?
Yo: no, solo me gusta vestirme así
Tío: ¿de quién es la ropa que usas? Yo: algunas de mis hermanas y otras de mi mamá
Tío: ¿tu familia sabe lo que haces?
Yo: no, por favor, no les digas nada
Tío: oh, tranquilo sobrino, no les diré, aunque debería por todas las acusaciones que tenían en mi contra jejeje
Yo: discúlpeme, pero es que se pasaba con mi tía
Tío: lo sé, por eso estoy tratando de cambiar, pero también me trataste mal
Yo: discúlpeme
Tío: está bien, ya pasó, ¿siempre te vistes así?
Yo: no, normalmente lo hago cuando no hay nadie
Tío: ah, por eso fuiste a cambiarte cuando yo llegué ¿verdad jejeje
Yo: (risa nerviosa)
Tío: no te preocupes, si quieres vestirte así por mí está bien, no tengo problemas con eso
Yo: gracias, pero me da un poco de vergüenza
Tío: no te preocupes, yo estoy afuera y tú adentro
Yo: aún así me da pena
Tío: OK, hagamos esto, si te vistes así cuando estoy aquí, no diré nada a tus padres, pero si no lo haces, tendré que decírselo
Yo: por favor, no
Tío: jejeje, no te preocupes, siéntete cómodo como quieras
Yo: gracias tío
Tío: por cierto, ¿has salido a la calle vistiendo así?
Yo: no, nunca
Tío: ¿por qué?
Yo: porque me da vergüenza, si ya aquí con usted me siento así, en la calle me desmayo
Tío: no te preocupes, lo máximo que podría pasar es que llames la atención de algunos hombres, porque estás bastante guapo
Yo: ay tío, qué cosas dice jejeje
Tío: jejeje, no en serio, no te preocupes, visto
¿Te agradan los hombres?
Yo: En realidad no, jejeje
Tío: Ah, sobrino, creo que alguien te influyó siendo mujer, la verdad. Yo, que tengo clara mi sexualidad, reconozco cuando un hombre es atractivo y digo: "Wow, me interesaría tener una relación con él". Si yo, con plena seguridad en mis gustos, puedo sentir eso, ¿por qué tú, con otras preferencias, no podrías sentir lo mismo?
Yo: Jejeje, tío, qué ocurrencias tienes
Tío: Se honesto, sobrino. Di la verdad
Yo: Bueno, hubo un chico que me llamó la atención, pero solo eso
Tío: Ah, ves como incluso dudas un poquito. ¿Cómo se llama ese chico?
Yo: Ay, tío, eso no se dice
Tío: Está bien, ¿qué edad tiene?
Yo: Me vas a matar, pero tiene 30, jehehe
Tío: ¿Por qué dices eso? Yo le llevo como 11 años de diferencia a tu tía. Cuando la conocí, yo tenía 34 y ella 23. Tú tienes 18 y él 30, son 12 años, pero para el amor no hay edad, jejeje
Yo: Solo me interesa, ni siquiera sabe que existo
Tío: Si te decides, puedes hacer que lo sepa
Yo: Solo de lejos, jejeje
Tío: Bueno, sobrino, la decisión es tuya. Voy a comer, no quiero que se me haga tarde. Ten en cuenta mi consejo, quítate la timidez conmigo y luego con el mundo, así te resultará más fácil
Yo: Gracias, tío, lo tendré en cuenta
Mi tío se marchó a comer y yo me quedé reflexionando sobre nuestra charla. Desde su trato hacia mí, su forma de hablar, su discreción y sus comentarios graciosos, tomé su consejo y comencé a vestirme de manera distinta. A mi tío le gustaba y apoyaba mi decisión. En los días siguientes, fui ganando más confianza con él. Empecé a invitarlo a comer conmigo, actuando como una chica: le servía la comida, le llevaba agua donde estuviera y lavaba su ropa sucia. Sin darme cuenta, parecía que éramos un matrimonio: él trabajaba y yo atendía la casa, algo a lo que ambos nos acostumbramos. Me contaba sus problemas con mi tía, y yo los míos como si fuera una esposa. De alguna forma, nos entendíamos. Los días pasaron y casi llegaba el fin de mi trabajo, cuando un viernes temprano llegó y me dijo:
Tío: Cambia de ropa, vamos a salir
Yo: ¿Qué? ¿Salir? ¿A dónde?
Tío: No hagas preguntas, ponte lo que te di
No entendía, pero su orden despertó algo en mí, así que me apresuré a cambiarme. Cuando vi la ropa, era un mini vestido blanco ajustado de tirantes y unos tacones rojos hermosos con un moño lateral. Elegí ropa interior roja de encaje que se convirtió en tanga al ponérmela, un sostén negro, me puse mi peluca y me maquillé lo mejor posible. Tomé algo de joyería y bajé rápidamente. Al verme, mi tío exclamó:
Tío: Guau, guau, sobrina, te ves espectacular
Yo: Gracias, tío
Tío: Bueno, vámonos
Me llevó en su coche y emprendimos el camino hacia un parque. Al bajar, a pesar de mi temor inicial, fui calmándome con su presencia. Tomé su brazo y comenzamos a pasear, disfrutando del parque tranquilamente. Poco a poco me di cuenta de que los hombres que pasaban nos miraban, y mi tío comentaba:
Tío: Mira, sobrina, ese hombre te está observando, y aquel otro también
Yo: ¿Cuál es el propósito de todo esto?
Tío: Simplemente, que veas que puedes atraer a cualquier hombre y que se disipen tus temores y dudas
Yo: Gracias, tío, pero estoy bien así
Tío: Oh, confía en mí. Debes asumir tu papel de chica
Yo: Bueno, si es así, ¿deberías llamarme sobrina en lugar de sobrino, no?
Tío: Tienes razón, sobrina, jejeje, pero ¿solo así, sin nombre?
Yo: Ya tengo uno
Tío: ¿Cuál es?
Yo: Me encanta el nombre Luz
Tío: Luz, ¿en serio, sobrina? Suena sexy
Yo: Entonces, ¿cuál sugieres?
Tío: Mmm, déjame pensar. Espera aquí sentada, regreso enseguida
Yo: Está bien, tío
Mi
El señor se marchó y lo perdí de vista, en ese momento saqué mi móvil para sacarme algunas fotos tal como estaba, cuando de repente se aproximó un chico y me saludó:
Omar: ¡hola hola!
Yo: (sonriendo)
Omar: ¿cómo estás?
Yo: (intenté que mi voz sonara lo más amable posible) bien, ¿y tú?
Omar: bien también. Disculpa la pregunta, ¿no eres una chica?
Yo: (totalmente nerviosa) Lo siento, no.
Omar: ¿por qué lo sientes?
Yo: por la confusión
Omar: no, para nada. Gracias por ser sincera
Yo: jejeje, gracias por entender
Omar: ¿y estás esperando a alguien?
Yo: Sí
Omar: Ah, ya veo. Supongo que a tu novio
Yo: No, a mi tío
Omar: ¿tu tío?
Yo: Exacto
Omar: Ya veo, jejeje. Bueno, espero que no se moleste al vernos juntos
Yo: No, no creo jejeje
Omar: Por cierto, soy Omar. ¿Y tú, cómo te llamas?
En ese momento llegó mi tío y respondió:
Tío: Se llama Carolina
Me quedé mirando a mi tío y Omar también.
Omar: Oh, disculpe señor, no quise incomodar a su sobrina
Tío: Para nada, sigan platicando, yo voy a dar una vuelta (tono serio)
Omar: No, ya me voy. Disculpa, Caro ¿me podrías pasar tu número?
Yo: Mmm sí, claro. Toma
Le facilité mi número y Omar se fue. Mi tío se sentó de nuevo a mi lado, pero noté que estaba serio, así que le pregunté:
Yo: ¿Qué sucede, tío?
Tío: ¿Nada, por qué?
Yo: Pues te noto molesto
Tío: Mejor vámonos
Nos levantamos y nos dirigimos a su coche. Subí y durante el trayecto no dijo nada, hasta que llegamos a casa.
Yo: Tío, ¿por qué estás serio conmigo?
Tío: ¿Por qué? ¿Porque te dejé un momento y ya estás coqueteando?
Yo: Pero fuiste tú quien me trajo y querías que explorara un poco
Tío: Sí, pero estabas conmigo, y además le diste tu número
Yo: Él me lo pidió, no veo nada de malo en ello
Tío: ¿A cualquier persona que te lo pida se lo vas a dar?
Yo: No entiendo qué te sucede
Tío: ¿Qué me sucede? Nada
Yo: (enojada y con lágrimas en los ojos) Si no te agrada verme con otros hombres, ten el valor de decirme que te gusto
Bajé del auto y caminé hacia la casa. Me senté en el sofá y tenía un mensaje de un número desconocido, pero no lo abrí. Encendí la televisión y, al cabo de un rato, llegó mi tío y se sentó frente a mí, diciendo:
Tío: ¿Por qué dices que tenga el valor? ¿Acaso te gusto yo?
Yo: Sí, tío, me gustas. Me he enamorado de ti en estas semanas que hemos pasado juntos. Acepté hablar con ese chico porque pensé que no tenía oportunidad contigo, pero al ver tus celos pensé que también sentías algo por mí
Tío: Está bien. Sí, me gustas. Desde el primer día que te vi
Yo: ¿Y por qué no lo dijiste?
Tío: No lo sé, pero...
Yo: Pero no estás enamorado de mí, ¿verdad?
Tío: No, Carolina, simplemente hay deseo. Un gran deseo de ser tu primer hombre
Cuando mi tío dijo eso, me levanté y me acerqué a él, tomé su mano y le di un beso, el beso más apasionado que he tenido. Él me tomó de la cintura y comenzó a besarme con pasión. Me dejé llevar poco a poco, hasta estar acostada con él sobre mí. Se levantó, se quitó los pantalones dejando solo su bóxer, donde se notaba un bulto prominente. Yo no sabía qué hacer, así que él me guió, y con sus manos llevó mi cabeza hacia su bóxer, empecé a besarlo. Él respondía con más intensidad hasta que con una mano bajó su ropa interior, su pene saltó hacia afuera y sin decir una palabra, comencé a practicarle sexo oral y él disfrutaba intensamente.
Luego me colocó en cuatro patas y empezó a acariciar mis nalgas. Subió mi vestido, me levantó y comenzó a besarme por detrás en todas partes, poco a poco fue introduciendo sus dedos hasta que consideró que era el momento adecuado.
Me colocó en posición y apartó la prenda de abajo, introduciendo su miembro en la entrada posterior lentamente. Yo manifestaba algunos gemidos y gritos de molestia, pero él, amablemente, esperaba a que el dolor se pasara antes de continuar introduciéndolo por completo. Permaneció unos minutos en esa posición y luego comenzó con un vaivén. En ese momento, la incomodidad fue disminuyendo y el placer aumentando.
Permanecimos así unos 20 minutos hasta sentir calor en mi interior. Él se retiró rápidamente y me ayudó a limpiar su miembro. Se levantó, fue al baño, mientras yo seguía sintiendo cómo salía el líquido. Regresó, me besó en la frente, me dio papel higiénico para limpiarme y luego nos quedamos abrazados en la cama, durmiendo por un rato. Cerca de las 2 de la tarde, nos levantamos, nos bañamos juntos y después me vestí más cómoda.
Preparé la comida, él se recostó en el sofá hasta que le llamé para comer. Después, cuando era hora de que se fuera, me propuso ser novios, a lo que acepté de inmediato. Nos besamos y se marchó, prometiéndome volver al día siguiente. Me sentí muy feliz con su decisión y decidí darle un tiempo a Omar, del cual les contaré más adelante lo que sucedió.
Espero que les haya gustado, más adelante compartiré más detalles de nuestras experiencias como pareja.
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