0%

Nuestras vacaciones de Pascua (parte II)


Escuchar este audio relato erótico
5
(1)

Las proyecciones a medianoche de Emmanuelle

Al día siguiente tras conversar con su pareja, evaluando cómo podía dar por finalizada la relación, a mi hermano le resultó difícil conciliar el sueño, a pesar de tener su miembro entre mis glúteos cálidos a su lado, ambos reposábamos sin ropa como era costumbre. Asistimos al cine para la proyección de medianoche del miércoles, sentados cómodamente en las butacas nos abrazamos y nos dimos suaves besos mientras se proyectaba la película con sus escenas sensuales, comenzando a tocarnos discretamente, él acariciaba mis piernas y yo acariciaba el miembro de mi hermano sobre su pantalón, provocando su erección. Al finalizar la función, ocurrió un hecho inesperado a la salida del cine.

Con todo lo planeado para la salida al cine, no nos conformamos con haber pasado un momento magnífico, tras salir del cine luego de "disfrutar" de la película "Emmanuelle" en la proyección de medianoche, paseamos por la Zona Rosa y presenciamos a dos personas besándose apasionadamente, íbamos mi hermano y yo tomados de la mano y al ver dicha pareja, quedamos impactados, tanto mi hermano, yo mismo, como María.

El destino sonrió para Edgar y para mí, sin duda.

Su pareja se besaba apasionadamente con otro individuo que la sujetaba firmemente por las nalgas. María, al vernos, se quedó atónita, al igual que mi hermano y yo, no podíamos creer lo que estábamos presenciando. Al parecer, el destino estaba ayudando a Edgar a tomar la gran decisión y todo esto antes de que siquiera pensara mi hermano en cancelar la boda. Todo quedaba claro. En un arrebato y sin dudarlo, tomó mis manos y, lleno de furia, me besó frente a María, quien nos observaba incrédula.

-Así que ahora estamos en igualdad de condiciones, ¿no te parece? -le dijo Edgar

-Ella es tu hermana, ¿Cómo te atreves a besarla frente a mí? ¡A tu propia hermana...

-Sí, y mantenemos relaciones ella y yo, para que lo sepas

-¡Eso es Incesto! ¡Sucios, nunca me lo hubiera imaginado! Pero para que lo sepas, Adolfo no es el único amigo con el que salgo y me acuesto, para que también lo sepas.

-No me lo esperaba, María, no después de ser tan amable como eras.

-Las apariencias engañan, como puedes ver.

-Y tú sigue acostándote y revolcándote con tu hermano, mi "querida" cuñada incestuosa, espero no volver a verte. -Dijo "querida" arrastrando las palabras.

-No te preocupes, nunca más me verás, tú también revuélcate con tus amigos, mientras mi hermano y yo nos revolcamos en nuestra cama como siempre lo hemos hecho... "querida cuñada"...

-Par de hermanos incestuosos, desapareced de mi vista...

-Con todo el gusto del mundo, porque yo sí soy la mujer de mi hermano... y tú jamás lo fuiste... porque él nunca se vino dentro de ti y siempre se viene dentro de mí.

No les prestamos atención, entramos a un bar a pocas cuadras de allí, pedimos unas cervezas y alguna botana. Encendimos nuestros cigarrillos y él tomó mi mano para acariciarla, trazando círculos suaves con sus dedos en mi palma, sabía que eso me excitaba y aliviaba el estrés a la vez. Sin pensarlo, nos besamos apasionadamente frente a todas las personas que disfrutaban de sus bebidas, como los novios que éramos.

-¿En qué estás pensando, Edgar?

-En que no podía conciliar el sueño pensando en cómo poner fin a este compromiso con María y entregarme por completo a ti, y de repente llega la solución como caída del cielo.

-Pero me besaste delante de María y lo peor fue decirle que

Tenemos relaciones íntimas, me llamo incestuosa.

-¿Acaso no es una palabra agradable para nosotros?

-Sí, escuchar incesto es música para mis oídos, bésame de nuevo, que todos sepan que soy tu esposa.

-Mi esposa incestuosa.

-Exactamente hermano incestuoso, jajaja

-Ahora seremos una pareja real, hermano, ahora debemos hablar...

-¿Con quién, ¿Con nuestros padres?

-No, disculpa, dije una tontería. Ellos seguirán siendo nuestros adorables suegros sin saberlo.

-Es mejor que vayamos a casa para acostarnos, Luisa.

-Sí, para abrazarte desnuda y sentir tu miembro en mis labios vaginales y quiero que eyacules en mi trasero para sentir tu semen en mis intestinos.

-Por suerte tenemos algo de mantequilla para no causar daño, jajaja

¿Seremos capaces de resistir las ganas?

Íbamos hacia la casa deteniéndonos en los semáforos, mi hermano acariciaba mis labios vaginales ya húmedos, que había dejado al aire bajándome las bragas, besándonos como dos amantes perdidos, sus dedos se empapaban con mis fluidos y él se los chupaba ofreciéndomelos para que pudiera probar mis mieles, la antesala de nuestros futuros encuentros incestuosos.

Era increíble que estuviéramos solos sin obstáculos para amarnos sin límites. Mi hermano y yo éramos el uno para el otro y así lo demostramos desprendiéndonos de nuestras ropas en cuanto aparcó su coche en el garaje, sin dejar de besarnos con pasión, dejando todas mis prendas en el coche, testigo mudo de lo que sucedía.

Llegamos a la cama tan pronto como nuestras ansias nos lo permitieron. Nuestros besos eran húmedos, sin fronteras, recorría mis pechos y nalgas con su lengua, introduciéndola en mi vagina para después penetrarme con su miembro ya erecto, de unos 20 centímetros de largo y casi 4.5 de ancho, rodábamos por la cama en un torbellino de deseo, yo con su virilidad dentro de mí. La excitación era tal que no tardamos en llegar al clímax, yo humedeciendo su miembro y dejando nuestras marcas en las sábanas y colcha.

Abrazados después de nuestro fugaz encuentro, esperábamos recuperarnos un poco para continuar, cuando Edgar se levantó para ir al refrigerador y sacar la mantequilla para untarla en mi precioso ano.

-¿Sabes qué, hermano?, me apetece que me penetres por el trasero, que me hagas un masaje. Yo estaré encima de ti, tú boca abajo con tus nalgas hacia mí y yo rozándote la vulva para mojar tus glúteos. Después me volteo y te ofrezco mis pechos, y tú me penetras de nuevo y llegas al clímax. Me besas, pero luego coges la mantequilla y frotas tu miembro en mi trasero, tal como anoche, pero esta vez quiero que uses la mantequilla y acabes dentro de mi ano, ¿Qué te parece mi propuesta?

-"No aguanto las ganas de poseerte por detrás, hermana"

-"¿Estás tan excitado, hermano, como yo?"

-"Es que es maravilloso lo que me haces sentir con tu trasero

-"¿De verdad te gusta penetrarme allí?"

-“Claro que sí, es en serio, hermana”

-"Sí. Estaría todo el día haciéndolo contigo, hermano, por mi recto y mi vagina"

-"Yo también, hermanita. antes me masturbaba pensando en ti, ahora tu vagina es la que me excita y luego tu trasero tan hermoso y apretado"

-"Y yo me excitaba pensando en tu hermoso miembro y en lo que me hacías sentir al convertirme en tu mujer"

-“Sí, hermanita, es dulce escucharlo de tus labios, ya eres mi mujer”

-“¡Ay, hermano!

qué delicioso se siente cuando me penetras por detrás con tu pene”

-“Tienes tu vulva muy húmeda, hermana y un trasero extraordinario”

-“Espera a que me corra y verás cómo te empapo, hermano”

Me aferré a las nalgas de mi hermano y logré que la penetración fuera total de esa manera. Yo abrazada a él desde atrás, con sus pies rodeando los míos y yo sosteniéndome en el aire agarrándolo de sus nalgas, su pene subía y bajaba al ritmo de las embestidas en mi trasero, provocándome una sensación maravillosa.

-¡Desearía casarme contigo, hermano!, ¡Mira cómo tienes mi trasero!

-¡A mí también me encantaría hermana, tener relaciones contigo sin ser juzgados!

-Y yo sería feliz teniendo intimidad contigo todo el día sin tener que ocultarnos de nadie, ¡Sería mi mayor anhelo, hermano!, ¡Mueve más tu pene dentro de mí y dame tu semen!

Algo que no era sencillo de descubrir en aquel momento

“Si en ese entonces hubiésemos sabido que llegaría Internet, tanto mi hermano como yo, y que las relaciones incestuosas entre hermanos de sangre tanto paterna como materna estaban permitidas desde hacía dos siglos en Francia por disposición de Napoleón Bonaparte, nos habría gustado viajar a Francia, aunque no habríamos podido casarnos, lo mismo para España a partir de 1978, en Japón, Portugal, Nueva Jersey, pero el país al que más habríamos deseado ir habría sido Suecia, donde los hermanos de sangre que comparten la misma línea consanguínea de los padres sí pueden contraer matrimonio, por lo que habría sido ideal para mi hermano y para mí formar una sólida unión ya que allí sí se permiten ampliamente las relaciones incestuosas, no sabemos si únicamente entre hermanos o si también están permitidas entre hermanas, y además, desconocemos si también están permitidas entre madre e hijo o entre padre e hija”.

-¿Qué les diríamos si existiera un lugar donde el incesto y el matrimonio entre hermanos fueran permitidos?

-Si existiera me gustaría decirles: “Quiero casarme con mi hermana porque admiro su región íntima tan peluda y su trasero exquisito como una rosquilla de naranja clara”. -decía mi hermano

-Y a mí me gustaría decirles: “Deseo casarme con mi hermano porque tiene un pene que disfruto lamiendo y me gusta su semen”.

-Pero ¿Dónde estará ese lugar ideal, hermana?

-No lo sabemos, hermano, pero sería grandioso saber dónde podríamos casarnos y donde se permitirían las relaciones incestuosas.

,-Así que la idea es bastante descabellada, hermana.

Una relación incestuosa ideal entre dos enamorados

Con el paso de los días todo se volvía muy emocionante, mi hermano y yo actuábamos como si fuéramos esposos, aunque, en mi opinión, mucho mejor, ya que desde niños siempre nos llevamos muy bien, compartíamos nuestros juegos y nos divertíamos inventando historias fantásticas, luego, a medida que crecíamos, nos íbamos conociendo mejor y al madurar un poco más, nuestras necesidades afectivas adquirían matices sexuales muy interesantes. Desde que estudiaba en la Normal para maestras realicé un estudio no por elección propia, sino porque me tocó investigar sobre el tema del incesto, el cual se sorteó mediante papelitos que debíamos sacar yo y cada una de mis compañeras.

Al investigar más a fondo, surgían diferentes aspectos que embellecían y enriquecían la práctica del incesto, tema que abordé desde entonces y que en aquella época no se comprendía completamente todos los alcances que tenía, así, a esa práctica se sumaban otros "adornos" que hacían más interesante el tema y aún más sublime al llevarlo a la práctica.

Aspectos como la promiscuidad, otro muy interesante es la lascivia, así como la liviandad, aunque el morbo también cumple un papel fundamental.

Cumple un rol muy particular, ya que ilustra una relación de consanguinidad, al igual que todas las demás, que se van integrando para conformar una relación ideal. A pesar de ello, también resultan fundamentales el respeto, la comprensión y el cariño, sobre todo el cariño. Una relación de consanguinidad de calidad implica el enamoramiento y la actividad sexual continua formando parte de todo ello, aunque dicha práctica con otros integrantes de la familia pueda involucrar a tres, cuatro o más integrantes, incluso en circunstancias excepcionales con toda la familia siempre y cuando exista consenso sobre la forma de llevar a cabo dicha relación.

Anunciando la no boda de mi hermano

No obstante, pasando a otro tema, transcurrieron tres semanas en las que todo se trataba de sexo, pero un sexo de calidad, no un sexo vulgar, sino de dos hermanos enamorados el uno del otro y que, aunque pudieran incorporarse otras personas, el cariño entre mi hermano y yo continuaría siendo de respeto y de gran calidad. Aunque es cierto que nos entregábamos apasionadamente como si nuestra vida dependiera de ello.

Recuerdo que un día, poco antes de la llegada de nuestros padres, nos entristecimos mucho y fuimos a ver a nuestra tía Luz Marina y al tío Carlos, entre otras cosas, para informarles que habíamos sorprendido a María, la novia de mi hermano, besándose con otro chico de manera muy efusiva, llegando incluso a abrazarla por las nalgas. Nuestra tía se entristeció un poco porque le había parecido una chica muy buena la tal María y hasta se mostró excesivamente atenta con nosotros al ofrecernos unos ceniceros para fumar nuestros cigarrillos, acompañados de un delicioso café percolado y unos biscochos de una panadería que elabora un exquisito pan dulce. Los tíos tenían dos arrendatarias y dos jovencitas sirvientas. Ellos residían en la colonia Santa María, no teníamos más intención que saludarles, compartir la noticia de lo sucedido y disfrutar de un café en su compañía.

Mi tío fue muy amable conmigo, él y ella son hermanos por parte de nuestra madre y nunca tuvieron intención de casarse. Su casa contaba con un extenso jardín donde planeaban concluir la construcción de un pequeño apartamento. Fui sola a visitarlos en compañía de mi tío, mientras mi hermano permanecía conversando con la tía, simulando tristeza por lo ocurrido con su novia, jajaja. Todo bien, aunque aún quedaba por finalizar la obra gris, al lado del apartamento iban a instalar un jacuzzi muy amplio y toda la zona ajardinada estaba repleta de plantas, flores y árboles que ellos cuidaban con esmero.

En determinado momento, el tío Carlos me abrazó y acercando su rostro al mío me besó prolongadamente, al mismo tiempo que posaba sus manos en mis senos, acariciándolos con gran destreza, no pude resistirme porque disfrutaba cada instante de lo que me hacía, el tío Carlos es un hombre muy atractivo y extraordinariamente guapo que habría podido contraer matrimonio, ya que las mujeres no dejaban de mostrar interés en él, al igual que la tía Luz Marina que, además de hermosa, poseía muchas habilidades culinarias y optó, al igual que el tío, por dedicarse a la pintura y a la fotografía.

El tío Carlos continuó besándome y con sus habilidosas y diestras manos retiró mi sostén con una facilidad que me dejó impresionada al encontrarme repentinamente con mis pechos al descubierto, o al menos así lo percibí, sin haberme dado cuenta. Yo gemía de placer y él, con su miembro también a la vista, llevó mi mano hasta donde se hallaba su fiel amigo, para luego inducirme a agacharme y a introducirlo en mi boca. Siendo franca, nunca he disfrutado de practicar una felación profunda, siento que no va conmigo y no es algo que me cause un gran placer, al menos en mi opinión, y mi hermano está de acuerdo conmigo en este aspecto.

Le proporcioné sexo oral con gran entusiasmo y, como se dice coloquialmente, lo estimulé con auténtico placer hasta llegar a sus testículos y lamer todo el tronco de su pene. No fuimos más allá porque tuve la sensación de que alguien nos estaba observando desde la ventana de la cocina de la casa. Al girar la mirada, me percaté de que la tía nos había estado mirando. Por obvias razones, nunca le comenté nada a mi hermano.

Todo con minuciosidad, tan solo que mi tío había estado besándome en los labios y había mostrado su miembro para que yo lo tocara.

Después, al regresar a la mesa como si nada hubiese ocurrido, percibí una complicidad entre ambos, le respondí a mi tío con la natural coquetería que siempre me ha caracterizado y mi tía simplemente me regaló una sonrisa que lo decía todo: "Sé lo que hiciste con mi hermano" y una mirada que parecía insinuar: "Cuando gustes, te lo presto".

Al día siguiente todo transcurrió como si entre nosotros no hubiese acontecido nada, aunque hubo bastante perfume para eliminar el olor a incesto, perdón, a actividad sexual y nuevamente se acomodaron las camas a su estado original. Como era de esperar, mi hermano volvió a mudarse a la habitación de nuestros padres, aunque tuve que darles la gran noticia de que ya no se iba a casar. Nuestra madre saltó de alegría por su hijo.

A los pocos días mi hermano volvió a mudarse a mi habitación.

Fin

¿Te ha gustado este relato erótico?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Puntuación promedio 5 / 5. Recuento de votos: 1

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Ya que que te ha gustado este relato...

Puedes compartirlo en redes sociales!

¡Siento que este relato no te haya gustado!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

Otros relatos que te gustará leer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir
Contacto | A cerca de Nosotros | Seguinos en Ivoox y en x.com