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Enculando a una mujer madura por primera vez (segunda parte)


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Ella: hey, ¿estás ahí?

Él: ¿cómo ha sido tu día?

Ella: he estado pensando en tu miembro viril, estoy muy excitada

Él: envía una imagen de su pene erecto, con una frase "pon rodilla en tierra y abre la boca"

Ella: responde con un video mostrando las tiras que lleva puestas, su gran trasero se destaca un poco por encima revelando sus enormes pechos sin sostén, sus pezones oscuros destacan en sus senos blancos, baja la cámara lentamente enfocando cómo guarda sus pechos debajo de las tiras.

Él: se pone muy erecto, no le permite que se masturbe. Escribe de forma seria

Ella: expresa su deseo de tener relaciones sexuales, ya que lleva meses sin experimentar una penetración.

Él: ¿podemos encontrarnos? No te arrepentirás, te quitaré esas ansias le escribe con confianza.

Ella: acepta y finalmente acuerdan el lugar y la hora.

Tras unas horas, están a punto de encontrarse, no hay vuelta atrás, tenían que hacer el amor, aunque fuera una desconocida, esa mujer madura merecía ser penetrada repetidamente.

Se encuentran, se saludan con un beso en la mejilla como si se conocieran desde hace mucho tiempo, no querían postergar lo inevitable, toman un batido de frutas y conversan durante aproximadamente una hora, luego bruscamente ella le pregunta si le va a practicar sexo oral. Sorprendido, la toma de la mano, son alrededor de las 9 pm un domingo en la ciudad, se dirigen hacia la autopista que lleva al aeropuerto y el lugar está bastante oscuro. Él, tras pensar un momento, decide hacer algo diferente a ir a un motel, la hace cruzar un pequeño parque hasta el centro donde se encuentra un árbol, el cual será testigo de una de las mejores experiencias.

Él la empuja contra el tronco del árbol, ella, asustada, no sabe qué va a suceder, quiere preguntar pero es interrumpida por un beso apasionado durante unos minutos, mientras es tocada en sus grandes pechos que se sienten suaves, él la toma del cuello y con su otra mano se desliza dentro de su pantalón, Beatriz comienza a excitarse, él decide explorar un poco con su mano dentro de su pantalón, es incómodo pero no puede evitar sentir la satisfacción al ver a Beatriz con una expresión de confusión pero al mismo tiempo de disfrute, ella intenta hablar pero él no le da oportunidad. La gira, le toma del cabello y, estando de espaldas, recibe la primera nalgada en su trasero, la excitación era evidente a pesar de que ella parecía nerviosa, después de un par de nalgadas se encuentran de frente nuevamente:

Él: arrodíllate y abre la boca mientras desabrocha su pantalón para liberar su miembro erecto.

Ella: mira a su alrededor, asiente con la cabeza y se arrodilla abriendo la boca.

Él: la toma del cabello mientras con una mano agarra su pene y lo desliza por la lengua de Beatriz, coloca solo la punta del pene por unos segundos y luego procede a introducir todo su miembro en la boca de Beatriz. Ella simplemente sigue el juego, ya no hay confusión, sería la primera vez de ambos teniendo relaciones sexuales en público, aunque ninguno de los dos lo supiera.

Ella: Beatriz continúa succionando el pene sin descanso, cada vez llegando más profundo, después de dejarlo baboso, lo saca de su boca y se mete sus testículos en la boca mientras con la mano masajea el pene, le excita sentir cómo la toman del cabello y le susurran al oído lo bien que lo hace.

Él: mientras Beatriz continúa con una buena felación, él decide desnudar sus pechos y acariciarlos mientras ella está de rodillas, la pone de pie, la hace apoyar contra el tronco del árbol, baja los pantalones de Beatriz y sin quitarle las tiras, las mismas de la foto, las aparta, agarra sus grandes nalgas, las separa, se arrodilla frente a su trasero, Beatriz siente [...]

Algunos bocados, golpecitos y poco después la húmeda lengua de él recorriendo su coño, un leve gemido se escapa de ella, Beatriz está lo suficientemente lubricada para recibir la verga de él, no hay tiempo que perder, se levanta, la sujeta del cabello y le susurra al oído "esta noche serás mi perra" y procede a penetrar el coño de Beatriz, introduciendo su miembro con fuerza y firmeza, agarrándola de la cadera y continuando con movimientos intensos, sacándola suavemente, Beatriz no puede contener sus gemidos.

Ella: estaba muy excitada, no había espacio para preocuparse por si los veían, estaba escapando de su monótona vida, se sentía liberada y bastante traviesa, ahora sabía lo que significaba tener relaciones en público, como en los filmes para adultos que solía ver en casa mientras se tocaba.

No estaban seguros si era por el ruido que estaban haciendo, pero parecía que alguien se acercaba; sin tiempo para nada, apenas logran arreglarse la ropa y salir corriendo. Él cubre su trasero con su chaqueta, ya que Beatriz ni siquiera había tenido chance de subirse los pantalones, la toma de la mano y corren tan rápido como pueden, aunque para Beatriz es muy incómodo.

Al alejarse un poco del lugar, llenos de miedo, solo podían reír; se la habían pasado bien. Toman café y deciden regresar a sus hogares, ya que están exhaustos y al día siguiente les espera su rutina habitual.

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