Hola, este es mi segundo relato. Como saben, mi novia colombiana tuvo relaciones íntimas con el albañil en su casa porque le pedí que lo sedujera para complacerme.
Después de eso, decidí mantener esa situación por un tiempo, pero en el trabajo llegó un nuevo colega con el que trabajaría turnos de noche en pareja. Es un hombre pequeño, moreno, alegre y bromista.
Cuando tomábamos café, él presumía de sus amantes, de cómo las conquistaba y les hacía el amor, detallando todo de manera morbosa. En una ocasión, al pasar una mujer sexy con un trasero operado, él no pudo contenerse y hizo comentarios subidos de tono, noté que tenía un pene más grande que el mío.
Desde entonces, lo he visto teniendo videollamadas con sus amantes, algunas de ellas casadas. Me da morbo pensar en qué opinaría de mi novia y de cómo es ella.
Cabe mencionar que mi colega tiene una motocicleta, mientras que yo no tengo una.
Por otro lado, a mi pareja siempre le ha interesado aprender a manejar moto, disfrutar de paseos en moto, etc. Es apasionada por las motocicletas, la velocidad y la carretera.
Un día noté que, al finalizar nuestros cafés, siempre me tocaba a mí encender las luces del lugar, que se encontraba 4 pisos abajo. En una ocasión, por error, dejé mi celular ahí con él y al regresar, vi que había estado revisando las fotos de mi galería.
Por ello, la siguiente noche, creé un álbum en mi galería con 3 fotos de mi novia en lencería (en tanga y una malla negra transparente), pero inserté primero una selfie mía. Sabía que reconocería que era mi novia al ver la última foto del álbum, por haber visto la primera, que era una selfie mía, seguida de ella en la cama con una malla negra y tanga roja diminuta, mirando directamente a la cámara con el cabello suelto a un lado. La tercera foto la mostraba de pie, con el cabello suelto y las nalgas al descubierto por debajo de la tanga y la malla. La última foto, la mejor, la mostraba inclinada a cuatro patas, con una abultada entrepierna que apenas cabía en la diminuta tanga, con la malla a medio muslo.
Me aseguré de que mi colega fuera consciente de lo que pronto tendría entre manos.
En un arrebato de deseo, mencioné a mi novia sobre las motos y propuse que mi compañero de trabajo podría enseñarle a conducir en su motocicleta, algo que ella, creo, sospechaba y aceptó de inmediato. El siguiente paso fue pedirle a mi colega que le diera lecciones de conducir, lo cual lo emocionó mucho al saberlo.
Así comenzaron a practicar, y todas las mañanas mientras yo dormía para volver al trabajo por la noche, veía cómo mi novia se alistaba para salir a practicar. Al principio, salía con pantalones normales, así que le recordé la situación con el albañil y le sonreí. Sin decir nada, se fue a duchar, pero al tercer día la vi ponerse hilos con leggins ajustados, entonces supe que había aceptado mi propuesta. En cierto momento, ella me contó que él le hacía insinuaciones y roces durante las lecciones de manejo, y que notaba su tamaño considerable.
Un domingo, muy temprano, salimos a mi casa con mi colega de trabajo y, a las 7 de la mañana, ya se disponían a practicar cuando vi que ella se puso la minifalda que solía usar para seducir al albañil en la historia. ¡Qué situación tan complicada!
Lo que sucedió previamente y resultó más emocionante fue que ella se puso una falda corta y unos tenis blancos. Al preguntarle por su atuendo, ella respondió: "Porque hoy me voy a acostar con tu colega del trabajo". Inmediatamente perdí el aliento y subí a la terraza para observar lo que ocurriría a continuación. Al verla vestida así, él sabía que se avecinaba un espectáculo para sus ojos.
Ella subió a la motocicleta, mostrando su trasero, mientras yo desde arriba me excitaba viendo todo con mis propios ojos.
Ella empezó a conducir mientras él iba detrás y noté que se miraban con complicidad y otras señales.
Cada vez que pasaban por encima de un bache en la calle, ella levantaba su trasero a propósito, y yo caí con fuerza sobre el pene de mi compañero desde arriba, viendo cómo ella se reía de la situación. Él estaba completamente excitado al ver su trasero rozando su entrepierna, incluso con la ropa de por medio.
Esto es todo por ahora, amigos. Sin embargo, es seguro que pronto terminarán teniendo relaciones sexuales, así que estén atentos para más relatos.
Gracias.
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