Vecinos sin percatarse (2)


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Sí, de nuevo por aquí. Como mencioné anteriormente, sin darme cuenta me topé con un chaval que resultó ser mi vecino y la pasamos increíble juntos. Cuando sus padres regresaron de vacaciones, me los presentó y les contó que me había ayudado a conocer a los vecinos y otras cosas. Teníamos muy buena relación entre todos (no revelaré el nombre real de mi vecino pero diré que se llama Tomás). Cuando teníamos la oportunidad, yo visitaba a Tomás o él me visitaba a mí y disfrutábamos mucho de los encuentros íntimos que teníamos, incluso llegué a sugerirle hacer tríos y experimentar con una doble penetración anal, cosas que le entusiasmaron que probáramos. Sin embargo, lo que les estoy contando lleva por otro camino.

Después de un tiempo y al ganar más confianza con la familia, me convertí en un habitual de la casa. Aunque los padres de Tomás no tenían idea de que nuestra relación iba más allá de la amistad. En una de nuestras charlas, le pregunté a Tomás cómo habían decidido mudarse a esta área si no tenía relación con sus antiguos lugares, a lo que él me contó que tuvieron un problema con un familiar y optaron por cambiar de ambiente. Yo insistí:

Yo: Bueno, pelear con un familiar no es razón suficiente para mudarse, a menos que sea algo serio jajaja (mi comentario no le pareció apropiado).

Tomás: Es una historia larga de explicar, además prefiero no profundizar en el tema.

Yo: Está bien, pensé que ya confiabas en mí lo suficiente como para compartir tus cosas.

Tomás: No es eso, es complicado y tal vez te resulte desagradable o incómodo lo que tenga que contarte.

Yo: Para nada, sabes que no me sorprende la gente y puedes confiar en mí. Además, así te entenderé mejor a ti y a las situaciones que has vivido (poco a poco empezó a soltarse y me relató lo sucedido).

Tomás: Esto ocurrió hace 2 años. Había regresado de la universidad y fui directo a mi habitación. Después de un rato, escuché una discusión, me pareció extraño porque nuestra casa era grande y no estaba cerca de la calle. Abrí la puerta y escuché a mi padre discutiendo con mi tío. Me quedé allí escuchando para averiguar qué sucedía. Mi padre reprochaba a su hermano por haberlo encontrado en el garaje manteniendo relaciones con mi madre, mientras que mi tío le decía que se calmara, que él no reaccionaba así cuando participaban los dos, que fue solo un momento de calentura entre mi madre y él y que no querían que se malinterpretara. Me sentí destrozado, mi padre tachaba a mi madre de puta, traidora, decía que había hecho todo para que ella fuera feliz. Mi madre no decía una palabra. Mi padre y mi tío dejaron de hablarse y supongo que para evitar que mi tío siguiera involucrado con mi madre, mi padre decidió que nos mudáramos. Ellos no sabían que yo escuché todo. Seguramente te parecerá terrible lo que te he contado.

Yo: En absoluto, me parece lamentable que hayas tenido que pasar por esa situación. Hoy en día es común que la gente explore tríos y busque intensificar y variar el sexo, pero es comprensible que tu padre se haya enfadado si eso no era lo acordado. Debo admitir que lo que me contaste me pareció muy morboso y me excitó mucho.

Tomás: Puede ser, pero imagínate, son mis padres y mi tío, me sentí completamente desconcertado. Lo único positivo que saco de todo esto es haberte conocido a ti, pero por suerte parece que mis padres han arreglado las cosas y se fueron de vacaciones juntos, mientras yo me quedé con todo eso en la cabeza.

Yo: No te agobies, eso ya quedó atrás, ahora forma parte del pasado y debes superarlo. Además, como dices, si no hubiera pasado eso, no nos habríamos conocido. Así que olvídate de todo y sigue adelante.

Había estado dando consejos, pero ahora era yo quien no podía quitármelo de la cabeza, todo eso me excitó mucho.

Cada vez que visitaba a Tomás y veía a sus padres, se me venían a la mente todo tipo de pensamientos. El padre era un hombre cincuentón un poco robusto que trabajaba todo el día, pero muy amigable. La madre, un poco más seria, era una mujer de unos cincuenta años que, aunque no era muy esbelta, tenía un trasero hermoso. En muchas ocasiones, mientras estaba teniendo relaciones con Tomás, me imaginaba que era su madre y finalizaba con una eyaculación abundante. En varias ocasiones, al pasar por su casa, me quedaba conversando con el padre sobre diversos temas y siempre insinuaba indirectamente que tenía planes con una pareja amiga, para ver si él reaccionaba o hacía preguntas al respecto. En una de esas charlas, me preguntó si cuando salía conseguía a alguna chica. Asintiendo con la cabeza y guiñándole un ojo, di a entender que mantenía relaciones con la pareja, y le dije:

Yo: Nunca duermo solo cuando salgo, siempre compartimos la cama de a 2 o 3 personas.

Padre: ¿Dormís con la pareja?

Yo: Sí, hoy en día es algo común, simplemente hay que respetar ciertas normas de conducta y tener clara la dinámica de la relación. Siempre se debe tener en cuenta el lugar que uno ocupa, nunca tengo relaciones solo con la chica, el hombre decide qué sucede, es importante no interferir en la pareja y otras cuestiones (él me miró asintiendo con la cabeza y seguimos conversando sobre otros temas).

Sabía que lo que le había dicho era lo que él buscaba en su hermano y no había encontrado. Así que, cada fin de semana, me preguntaba si salía con mis amigos y al día siguiente indagaba si habíamos sido 2 o 3. Las veces que le respondía "3", se le dibujaba una pequeña sonrisa y asentía con la cabeza. Obviamente, todas las veces que respondía "2" era porque había tenido relaciones con Tomás toda la noche. Sabía que le agradaba que tuviera ciertos códigos y sobre todo experiencia. En una de tantas tardes, hablando, me pidió un favor: soldar un portón de la casa y él me pagaría. Por supuesto, acepté, pero le dije que no era necesario que me pagara, que era algo sencillo y que no debería preocuparse por nada. Me dijo que le hiciera el favor, que él no estaría presente y que me las arreglara solo, a lo que respondí: No te preocupes, conozco la casa y sé cómo arreglármelas.

Al día siguiente, llegué y me atendió la madre de Tomás, quien me informó que su marido y Tomás habían salido a buscar unas cosas y si podía arreglármelas solo con el portón. Le aseguré que sí, que me manejaba bien. Mientras trabajaba, ella se acercaba y entablamos una agradable charla. Cuando terminé, quiso pagarme, pero le dije que no era necesario, que lo había hecho con gusto y que me había gustado conversar con ella. Así que tomé mis cosas y me fui. Cuando regresaron Tomás y su padre, me llamaron para agradecerme, y su padre también mencionó que me invitaría a cenar, una vez que dejara a Tomás en casa de unos amigos con los que se iba de vacaciones (cosa que ya sabía y sospechaba que iban a tener relaciones todo el viaje, lo cual me confirmó cuando regresó).

Esa noche, conversamos de todo, tomamos unos vinos con la comida y, para no molestarlos, mencioné que ya me retiraba para que descansaran después de estar todo el día con Tomás. "Quédate tranquilo," me dijo el padre, "queríamos agradecerte por el favor con el portón y por cuidar a Tomás, ha mejorado mucho desde que son amigos" (en mi interior pensaba, si supieran las relaciones sexuales que había tenido para que cambiara así). La madre me tomó de los hombros y me dijo que me quedara para el postre. Asentí con la cabeza y, estando sentado, comenzó a masajearme. Sabía que algo estaba pasando, así que incliné la cabeza hacia atrás y ella me besó en la frente con ternura. Cuando me acomodé, ella giró mi rostro y me besó en los labios.

En ese momento supe que todo lo que había hablado con el padre había dado resultado. Se acercó y me dijo: Eres una persona maravillosa y nos inspiras mucha confianza. Queremos compartir más que una amistad contigo, pero necesitamos que seas discreto y que esto sea solo entre nosotros. Por supuesto, acepté.

Tú sabes que puedes confiar en mí y en mi forma de actuar, al escuchar esto la madre me besa nuevamente en la boca, pero esta vez fue más prolongado, así que la sostuve por la cintura y respondí a sus besos. Mientras esto ocurría, él se acerca y besa su cuello y hombros, toma su mano, y ella sale llevándome de la mano y nos dirigimos en fila hacia la habitación. Una vez allí, ella me abraza y me besa de nuevo con mayor pasión, él la abraza por detrás y besa sus hombros, yo no pude contener las ganas y comencé a acariciar sus pechos sobre la tela, no eran grandes pero sí redondos y firmes, él comienza a quitarle la ropa y me indica que se los chupe. Fue en ese momento que me di cuenta de que él iba a dirigir toda la noche, ella muy sumisa aceptaba todo lo que él ordenaba, luego me pide que acaricie su zona íntima porque a ella le gusta, y a su vez le ordena que me desnude a mí, ambos obedecimos, pude sentir cómo se humedecía rápidamente, estaba claro que él conocía bien ese juego y le excitaba cuando lo hacía con su yerno, luego me indica que me acueste en la cama y le pide a ella que me practique sexo oral, cumplimos.

Para ser sincero, ella no lo hacía tan bien como su hijo, pero aún así sabía cómo hacerlo correctamente, él se sitúa detrás de ella y comienza a complacerla oralmente, la situación realmente me excitaba mucho, casi quedo ciego por un destello en lo bien que estábamos cuando me di cuenta de que él estaba tomando fotos con el celular. Tomó muchas fotos de ella practicándome sexo oral y le decía que lo hiciera completo, que mostrara lo promiscua que era y cuánto disfrutaba teniendo otra persona en la boca, escuchar eso me excitaba aún más. Así que tomé el cabello de la madre y lo levanté para que se viera claramente su rostro, él me dijo que eso era, que se viera claramente que era experta en el tema. Más tarde me indicó que me levantara y me pusiera a su lado, de modo que ella pudiera complacernos a ambos, mientras ella nos practicaba sexo oral, él seguía tomando fotos, le pide que nos tenga a ambos en la boca.

Ella obedece y son tomadas muchas fotos en esa posición, realmente se entregaba a complacernos, lo hace sin problemas y mientras él tiene su pene en la boca de ella, me pide que la complazca a ella, fue una experiencia deliciosa, su zona íntima estaba tan suave y perfumada, era tersa y muy blanca, me sumergí en ella y comencé a escuchar sus primeros gemidos, al oírlos él le decía que gemía como una persona con experiencia y que le encantaba eso, que esa noche iba a terminar de forma placentera. No podía dejar de pasar mi lengua por su clítoris y sentía en mi boca la humedad en abundancia, luego de un rato así, noté que comenzaba a temblar y acabó en mi boca, aquel líquido que no paraba de salir me inundó completamente, escuché cómo le decía que había acabado como una mujer muy experimentada y ella simplemente respondió "sí" con el pene de él en su boca sin dejar de practicar sexo oral. Con una orden directa me dijo: ahora tienes que hacer el amor con ella, por supuesto que obedecí, y comencé a introducir suavemente mi pene en su zona íntima llena de humedad, estaba muy cálida por dentro y eso me encantaba.

Empecé a tener relaciones con ella y nuevamente él tomaba fotos, toda esa situación me volvía loco, estaba completamente excitado, luego de un rato así me indicó que me tumbase y a ella que me cabalgase, tenerla encima de mí moviéndose fue increíble, se movía con mucha fuerza y no tardó en alcanzar el clímax, esta vez me mojó a mí y toda la ropa de cama, al terminar su gemido se transformó en un grito sofocado, era un momento glorioso. En un momento él se situó detrás de ella y le dijo: ahora te voy a dar lo que te gusta, y empezó a penetrarla suavemente por detrás, la fricción de nuestros penes fue fabulosa, estuvimos teniendo relaciones de esa manera entre gemidos y el ruido que hacía su zona íntima empapada, y ocurrió algo que me sorprendió y excitó, ella comenzó a hablar diciendo "hazme el amor, hazme el amor, hazme el amor, quiero vuestros penes, coged a vuestra mujer" y volvió a alcanzar el clímax, nosotros seguimos teniendo relaciones con ella sin piedad hasta que noté que él se desplomaba, señal de que había llegado al clímax, me miró por encima de su hombro y me dijo "ahora es nuestra mujer", no dejes de hacer el amor con ella.

Y así continué, pero esta vez mientras

la penetraba le chupaba los senos, cuando se detuvo escuché que le indicaba, colócate en cuatro que ahora te va a penetrar el trasero, era mi momento de gloria, me acomodé y comencé a introducírsela, entraba con mucha facilidad ya que estaba dilatado por el pene del marido, pero se sentía muy placentero, después de un rato de tener relaciones con ella y él tomándole fotos desde todos los ángulos, empecé a embestirla con todas mis fuerzas, así culminé después de haberme aguantado tanto tiempo, solo escuchaba dos cosas, sus gemidos y él diciendo "vamos, destroza el trasero de esta mujer, disfrútala que la vas a tener muchas veces".

Escuché eso y acabé como un litro de semen, no quería separarme de ese precioso trasero, pero él me pidió que me retirara para capturar fotos del trasero goteando con mi esperma, fue una noche increíble, después de descansar un momento, nos dirigimos a la mesa y así desnudos como estábamos, destapamos otra botella de vino y brindamos, me limpié, me vestí y me despedí para marcharme, él me acompañó hasta la puerta y me dio las habituales indicaciones, de ser discreto y varias sugerencias más, eso sí, me reiteró que ahora su esposa era nuestra amante y que cada vez que pudiéramos la íbamos a disfrutar como hoy, así que regresé a mi hogar pensando que en casa de Tomás ahora contábamos con dos amantes, y que la próxima vez tendría que darle la bienvenida a él y seguramente a su madre, pero eso te lo contaré en la siguiente ocasión.

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