En la segunda ocasión, un hotel temporal


Escuchar este audio relato erótico
0
(0)

Después de haber experimentado nuestro primer encuentro, pensábamos que no sería de nuestro agrado, sin embargo, sucedió todo lo contrario. Durante la semana siguiente, intercambiamos mensajes todos los días, a todas horas; yo estaba trabajando en el turno nocturno y le escribía diariamente, a lo que ella siempre respondía. Estas conversaciones se volvían cada vez más subidas de tono. Recuerdo que llegó un fin de semana, yo salía del trabajo nocturno y acordamos encontrarnos cerca de su casa; la pasión que compartíamos era tanta que nuestra cita fue programada para las 7:30 de la mañana.

Al verla, mi deseo era besarla apasionadamente, pues tenía unos labios carnosos muy atractivos y unas piernas largas que partían de unas nalgas redondas y bien formadas. No puedo dejar de mencionar sus generosos y firmes pechos, que ansiaba volver a sentir sobre mi rostro y saborear con mi boca. Aunque ella era discreta al vestirse y no los mostraba mucho, yo la desnudaba con la mirada. Caminamos unas cuadras y yo estaba tan excitado que deseaba poder besarla en medio de la calle. Lo malo fue que no encontrábamos ningún lugar para alojarnos en esa zona, hasta que avistamos un hotel de paso de muy mala apariencia, pero la excitación era tal que entramos sin dudarlo.

El lugar dejaba mucho que desear, pero sinceramente a ninguno de los dos nos importó; empezamos a besarnos apasionadamente, acariciándonos y desvistiéndonos, quedando completamente desnudos frente a frente. Sin duda, los grandes pechos de Gloria eran uno de los manjares más exquisitos que la vida me había ofrecido, tan firmes y grandes que al besarlos y saborearlos, sentía que me faltaban manos y boca para saciarme. No tuve ni siquiera el tiempo de colocarme el preservativo, pensé que solo me estaba complaciendo a mí mismo, pero me sorprendí al verla y notar que su mirada estaba perdida en la oscuridad de la habitación, debido al placer y la excitación que experimentaba.

Sin duda, fue uno de los encuentros más memorables de mi vida, perdimos el control ese día, tanto ella como yo. Recuerdo cómo ella se colocó de espaldas a mí, acomodando ella sola mi pene dentro de su vagina, empezando a moverse de forma sensual y placentera, sintiendo que iba a llegar al clímax en esa posición. Luego, me senté al borde de la cama y ella se sentó sobre mí, mirándome fijamente con sus grandes ojos mientras mi pene se deslizaba dentro de su vagina húmeda, sin necesidad de guiarlo ya que entraba fácilmente, mientras con sus piernas me abrazaba por la cintura y frotaba sus senos en mi rostro, una delicia y un placer tener esos grandes pechos frente a mí, su vagina húmeda recibiendo mi pene a punto de explotar, y ella gimiendo, una mezcla de sensaciones indescriptible.

Luego, se recostó en la cama y, ¡Dios mío!, esa amiga tan reservada que conocí se transformó en una mujer salvaje, que solo encontraba satisfacción en devorar partes de mi cuerpo. Abrió las piernas, dejando al descubierto su sexo; mi pene estaba tan duro y a punto de explotar, que sin pensarlo dos veces, lo introduje en ella, experimentando una sensación de lujuria intensa, sintiendo cómo mi pene golpeaba lo más profundo de su ser mientras ella, con las piernas completamente abiertas, gemía mi nombre, sintiendo mi pene entrar y salir de su vagina. Permanecimos así un buen rato, disfrutando del momento. Al final nos pusimos de pie y, sin poder contenerme más, llegué al clímax sobre ella, fue un placer indescriptible. Sin duda, me di cuenta de que fue el mejor encuentro sexual de mi vida, una experiencia que marcó tanto a ella como a mí durante muchos años, y que creo que sigue marcándonos hasta el día de hoy.

Tuvimos otros encuentros donde nos entregamos por completo, pero eso es historia para otro relato…

¿Te ha gustado este relato erótico?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Puntuación promedio 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Ya que que te ha gustado este relato...

Puedes compartirlo en redes sociales!

¡Siento que este relato no te haya gustado!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

Otros relatos que te gustará leer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir
Contacto | Seguinos en Ivoox y en x.com