Al descubrir el miembro de este hombre al bajarle el short y el calzoncillo simultáneamente, me encontré con algo muy diferente a lo que solía ver. Su pene era posiblemente el doble de grande que el de mi joven pareja y también mucho más grueso. Además, tenía todas las venas resaltadas y poseía una curvatura hacia arriba en lugar de ser recto como el de mi novio. No exagero al decir que se me hizo agua la boca al contemplarlo completamente, lucía tan impresionante que parecía sacado de una película para adultos.
Tomé su miembro con mi mano suavemente y le di una intensa lamida de abajo hacia arriba, de manera pausada, recorriendo toda su extensión hasta alcanzar la punta. Esto lo puso algo nervioso, lo cual era comprensible, ya que tenía a una chica de unos 18 años, amiga de su hija, en bikini, agradeciéndole por haberla llevado de vacaciones con su familia. Aproveché que mi amiga y su madre estaban divirtiéndose en la piscina del hotel para expresar mi gratitud y, de paso, saciar mis deseos sexuales emergentes.
Tras esta espectacular lamida, comencé a darle pequeños y dulces besos a esa enorme punta que coronaba su miembro. Por supuesto, él reaccionó con entusiasmo al sentir esto, cerró los ojos y dejó escapar un pequeño gemido que expresaba el placer que experimentaba en ese momento preciso. Esto me animó a continuar con los besos, pero después de considerar que ya había dado suficientes, abrí la boca e introduje la cabeza de su pene en ella.
De esta manera, mis labios rodeaban su miembro por fuera mientras mi lengua jugueteaba con la punta por dentro. Esta acción lo hizo disfrutar nuevamente, cerró los ojos de nuevo, apoyó sus manos sobre mi cabeza y soltó un "hmmm, qué delicia" de su boca. Mientras hacía esto, empecé a acariciar mis generosos senos con mis manos, pero no me satisfacía tocármelos por encima del bikini, así que me quité la parte de arriba y me quedé con los senos al descubierto frente a él.
Con las manos sobre mis senos, aprovechó para empujar un poco más su miembro en mi boca y luego retrocedió, retirando la parte adicional que me había introducido para luego volver a empujar. Literalmente, empezó a penetrar mi boca con movimientos lentos que aumentaron en velocidad, y como resultado, se escuchaba el característico "glup, glup, glup" de nosotras las mujeres en estas circunstancias. En ocasiones, me hizo atragantarme con su pene cuando lo introducía por completo y se quedaba inmóvil durante varios segundos.
Al finalizar, tomé el control de la situación nuevamente, agarré su pene y volví a chupárselo a mi manera. Me introduje su miembro en la boca y lo saboreé con mi lengua por todas partes. Pero no me limité a eso, también lamí todo el tronco de su miembro al mismo tiempo. En otras palabras, empecé a devorar ese enorme miembro con cierta urgencia, ya que estaba extremadamente excitada y teníamos poco tiempo.
Luego, agarré mis generosos senos y coloqué su miembro entre ellos. Los apreté desde los lados y, frotándolos, comencé a realizar lo que se conoce como una paja rusa. Estuve haciéndolo durante aproximadamente un minuto o dos, hasta que en un momento inesperado él me pidió que me detuviera porque estaba a punto de llegar al clímax. Entonces, me detuve y él comenzó a masturbarse frente a mí, momento en el que usé mis senos para indicarle que eyaculara sobre ellos. Con un gemido largo y característico, el típico "ahhh", dibujó una gran mancha blanca de semen en mis pechos.
Otros relatos que te gustará leer