Hola compañeros. Para aquellos que no están familiarizados conmigo, les informo que me desempeño como instructor de fitness, destaco por mi habilidad para impartir clases, aunque no tengo un cuerpo esbelto, debo mencionar que mido 1.80 metros, con algunos kilos de más, pero mi estatura lo compensa.
Una noche, mientras navegaba en redes sociales, recibí un mensaje de alguien interesado en las clases. Le proporcioné toda la información solicitada con gusto. Durante nuestra conversación, la joven me preguntó si yo era el instructor descrito, lo cual confirmé; no obstante, me pareció una pregunta algo peculiar. Repentinamente, la joven se sinceró y me confesó que no quería hablar conmigo solo por las clases, sino que le parecía atractivo y deseaba quedar conmigo. Con cierta cautela, mencioné mi situación sentimental para evitar malentendidos, a lo que ella respondió que no le importaba, ya que buscaba experiencia. Aquella noche, nuestra conversación se tornó cada vez más provocativa y subida de tono, intercambiábamos mensajes candentes y recibía fotos sugerentes, lo que me motivó a concertar un encuentro.
Después de un par de días, logré encontrar una excusa para salir rápidamente de casa y así encontrarme con ella para conversar en persona y aclarar nuestras intenciones, con el objetivo de evitar confusiones, pues mantengo una relación estable con mi esposa (aunque con escasa actividad sexual, algo común en parejas con hijos). Al subir a mi coche, ella confesó tener 21 años y su interés en vivir experiencias con personas mayores, a lo que accedí con la condición de discreción, entre otros detalles...
Ese día, ella vestía unos shorts deportivos de algodón, un suéter del mismo material, lentes que le daban un aspecto desafiante y llevaba aparatos dentales. Pasados dos minutos, mientras conducía, ella comenzó a practicarme sexo oral en el automóvil, una escena que me recordó mis aventuras juveniles en moteles con parejas que solían hacer lo mismo antes de llegar al lugar.
Fue maravilloso cómo lo hizo, levantó su trasero en el asiento, se arrodilló y continuó con la acción. Aproveché para deslizar mi mano por sus shorts y, para mi sorpresa, descubrí que no llevaba nada debajo. Su intimidad era suave, bien cuidada y tenía un trasero pronunciado; introduje un par de dedos y comenzó a gemir con intensidad mientras continuaba. La estimulaba con mis dedos mientras ella se esforzaba en su tarea, hasta que finalmente eyaculé en su boca. Sin titubear, ella se tragó todo, limpió mi zona íntima y volvió a su asiento, tomando mi mano y guiándola hacia sus pechos, pequeños pero con pezones anchos.
Tuve que detener el auto en un lugar poco iluminado para poder proseguir. Comencé a darle placer en los pechos, la joven se retorcía y me pedía más. Con una mano, empecé a estimularla manualmente, explorando su zona íntima, que estaba depilada, cerrada y ansiosa. La satisfice con mis dedos hasta que alcanzó el clímax y me llenó de fluidos; luego bajé para estimularla oralmente, sorprendiéndome con su zona íntima rosada. Le di unos lametazos, ella tiró de mí hacia ella para besarme apasionadamente, nos besamos durante unos minutos hasta que recordé mi deber de regresar a casa.
La dejé cerca de su hogar, limpié el auto y regresé a mi domicilio.
Este fue nuestro primer encuentro. Si desean conocer la continuación y lo ocurrido en un motel, déjenme sus comentarios.
Saludos
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