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Conocí a ella a través de su pareja (parte 2)


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Está bien, pero excítame mucho, hace tiempo que no tengo actividad sexual allí. ¿No te estimulas tú misma cuando te masturbas? ¿Cómo supiste que me masturbo de esa manera? Es evidente que deseas demostrar algo diferente a tu novia, que tienes relaciones sexuales con ella pero te gustaría experimentar otras cosas y por ahora no te atreves, por lo que te alivias en la soledad pensando en órganos genitales ¿o me equivoco?

Su sonrisa fue aún mayor esta vez y solo me dijo adelante, haz el amor conmigo, pero ten en cuenta que un dedo mío en la masturbación es distinto a ese órgano genital grande que posees. ¿Lo consideras grande? Siiiii, bueno, sí, me lo han mencionado pero creí que era halago, en ti creo, esto desplazó algo en la relación y al parecer le convenció de darme un lugar especial.

Así que, dicho esto, se giró dejando su trasero expuesto hacia mí. Trátame con delicadeza me dijo, humedécelo, no, no lo voy a humedecer, lo harás tú porque seguramente tienes el órgano genital a punto de liberar la eyaculación ¿no? Jaja ¡vaya sorpresa! ¿cómo sabes eso? Solo tengo que sentirte, estás muy excitada deseando ser penetrada, así que humedece la entrada de tu trasero con todo lo que tienes. Prepara esa zona para mí, adelante.

Las instrucciones lo estimulaban mucho, cada vez que le ordenaba algo o le hablaba con firmeza o rudeza, aceleraba sus acciones y respiración. Así que en un instante, toda la entrada del trasero brillaba con su propia casi eyaculación, entonces lo agarré de la cintura y adentré mi miembro, también muy húmedo, en ese trasero que realmente parecía poco utilizado, por lo que probablemente como él mencionó, era su faceta secreta, solo marcada por su dedo en algunas ocasiones.

Cuando lo penetré, sentí que podría hacerlo el resto de mi vida a partir de ese momento, su entrega fue total y este probablemente sería uno de los momentos más significativos de su existencia. Así que allí estaba yo, penetrando ese trasero poco utilizado mientras la otra persona alcanzaba el clímax con mis palabras, adelante, goza putita, abre bien ese trasero para mí, ¿disfrutas con mi miembro dentro tuyo?

Él simplemente gemía y afirmaba constantemente, luego comenzó a expresar me encanta, me encanta, ¡estoy a punto de acabar sin tocarme! ¡No puedo creerlo! Sí, adelante, no te toques el miembro, acaba en toda tu plenitud como la hembra que eres. Al terminar de decir eso, vi en el suelo cómo caían restos de su eyaculación y se adherían a su miembro lo que aún no había caído, sus manos, tal como le había indicado, no tocaban nada, solo apretaban una almohada que estaba en el sofá.

Todo eso me excitó mucho y le pedí que se girara para que me proporcionara sexo oral hasta la última gota, cerré los ojos y esperé sentir su lengua, no necesitó chupar, todo se dirigió directamente a su boca y él, ansioso como si estuviera saciando su sed en medio del desierto, aguardaba mi semen para consumirlo con una voracidad que jamás había presenciado.

Llegué al clímax y me recosté en el sofá, él, disminuyendo un poco su excitación, pareció reflexionar sobre el tiempo y su sexualidad, se levantó apresurado, como si quisiera olvidar o más bien que yo olvidara lo sucedido.

Volvió a revisar su celular, mostró cierta preocupación mínima en su rostro, entonces tomé su celular, leí que su novia le había enviado un mensaje por WhatsApp indicando que se había retrasado mucho. En ese instante, solo respondí "ya voy amor, me retrasé un poco con el último cliente, nos quedamos conversando, es genial, ¿me acompañarías cuando vuelva a trabajar aquí?"

No, no pongas eso me dijo. Anda, tráela para que pueda tener relaciones sexuales con tu novia y mantenerla contenta, así no te molestara tanto exigiéndote lo que no deseas darle. Su semblante se tornó serio, no supe qué era lo que le preocupaba, si era que deseaba tener relaciones con su novia, si yo sabía que a él no le interesaba mucho tener relaciones con ella, que tomara el celular y hablara directamente con ella. ¿Qué sucede? Le pregunté. Nada, me pones nervioso.

Ve y lleva la leche en tu boca a ella, así ya puedo comenzar a tener relaciones con ella desde ahora.

Creí que se molestaría y me detendría, pero solo sonrió y me dijo: "¿Dejarás de tener relaciones conmigo, tendré que buscar a otra persona?". En ese momento, fui yo quien se rió, observa hacia dónde dirigías tu mirada con extrañeza. No te preocupes, te dije que a partir de ahora eres mi pareja, simplemente mi pareja no puede tener una mujer adicional, por lo tanto, debo encargarme yo; y tú de vez en cuando la entretienes para que no desconfíe, ¿entendido?

Contrariamente a mis expectativas, lo que le dije pareció tranquilizarlo y después de tomar aire, me respondió: "Ojalá se pueda hacer eso". Todavía me sorprendía cuando llegó un nuevo mensaje y él sonrió, mira lo que me escribió, ¡qué bueno! La respuesta era un largo sí con muchas "i" que demostraban su alegría y luego añadió: "Me encantaría acompañarte, amor". Tomando el control de la situación, le quité nuevamente el celular de las manos y le dije: "Está bien amor, me encanta que me acompañes, este cliente es muy agradable, te sentirás cómodo con él".

Parece ser algo coqueto con las mujeres, pero en ti puedo confiar, ¿verdad? La respuesta fue inmediata: "¿Tienes fotos de tu cliente?". Mientras sonreía, él dijo: "Hija de... ¿Estás mirando a otros hombres?". Respondí: "No amor, pero si me dices que él mira a otras mujeres y me invitas, me preparo para saber qué veré". Tu novia parece tener muchas ganas de tener relaciones con cualquiera, creo que llegué en el momento justo, bésame un poco más mientras termino de escribirle. Pronto se inclinó y comenzó a lamerme, limpiándome lo que había quedado en su trasero. "¿Qué le vas a escribir?", preguntó. Respondí: "Nada, solo le dije que ya estaba yendo para allá y que hablaríamos en persona, que estoy deseando tener relaciones y disfrutar completamente, así que tendrás mucho por hacer".

Tráela este fin de semana y ya veremos a qué velocidad podemos avanzar con ella, pero creo que con ella me tomará un poco más de tiempo que contigo. Me miró aliviado y sonriente mientras aún tenía mi miembro en su boca.

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