Mientras observaba la sala, percibía cómo este tipo de ambiente cada vez me resultaba más atractivo, encuentros con amistades, con música, bebidas y risas, pero aún así, seguía siendo placentero. Mi esposa llegó tomada de mi mano, al saludar a Óscar y Natalia, como siempre, pude notar lo encantadoras que son nuestras parejas, mientras Alejandra lucía una falda moderna, acompañada de unos tacones elegantes, Natalia a pesar de vestir de manera holgada y con pantalones anchos, no dejaba de lucir atractiva.
-Pasen, por favor. Estamos esperando a Carla y Santiago, antiguos compañeros de la universidad, ¿Recuerdas a Richard?
-Sí, por supuesto. -Respondí- aún me cuesta creer que esos dos estén juntos, con esas personalidades tan diferentes. Mientras nos sentábamos en la sala de estar, Óscar se rió y recordó.
-Yo tampoco lo entiendo, Carla siempre ha sido una mujer tan extrovertida y ha disfrutado tanto de la diversión que pensar en Santiago en esa situación, siendo tan tranquilo, me despierta curiosidad, pero como te decía, deben estar por llegar, quizás hoy podamos averiguarlo -dijo Óscar con una sonrisa intrigante en su rostro-.
Mientras Alejandra y Natalia conversaban sobre nuestros trabajos, Carla y Santiago ya estaban llamando a la puerta, Carla no había cambiado en absoluto, conservaba la misma cintura delgada, unos pechos ahora más voluminosos y unas nalgas que no podían ser más simétricas y suculentas, sorprendentemente Santiago lucía muy bien a sus 38 años, parecía tener 30 años, -deben llevar una vida realmente relajada estos dos- comenté a Alejandra, que no apartaba la vista de los nuevos invitados, no la culpo, se veían estupendamente.
Carla, mostrando un evidente aburrimiento, dijo: -Vamos a jugar "yo nunca", pero esta vez no basta con solo beber si has hecho algo, sino que debes describirlo.
-Por fin algo interesante – comentó sorprendido Óscar y yo Santiago.
-Está bien, parece entretenido – dijo Alejandra inesperadamente.
-Vale, yo nunca he pensado en mi pareja mientras estoy en el trabajo -empezó Carla-. Todos bebimos
-Yo nunca he bebido y me emborracho antes de ir al trabajo -mencioné-. Todos bebieron y así continuó el juego de forma animada, hasta que todos quedamos perplejos con la confesión de Santiago.
-Yo nunca he tenido relaciones sexuales delante de otras personas. Esa revelación fue tan inesperada que todos nos miramos incrédulos, pero lo aceptamos al haber consumido ya varias cervezas. Lo que no esperaba era que Santiago bebiera, y que también lo hiciera Alejandra, Natalia, Óscar y yo no podíamos estar más sorprendidos, sobre todo porque noté la mirada de interés que le lanzó Carla a mi esposa.
-Ahora te toca contar a ti.
-Carla, no creo que sea apropiado -dijo Alejandra entre risas.
-Es solo un juego -respondió Santiago mientras se percibía la incomodidad en el ambiente-. Alejandra buscó mi aprobación con la mirada y la verdad, era peor decirle que dejáramos de jugar.
-Muy bien, estamos en confianza. Antes de conocer a Richard salía con un chico italiano que estaba de intercambio un día mientras estaba en su auto practicando sexo oral con él, en ese momento me sentí incómoda al notar que dos de sus amigos nos estaban observando a través de la ventana del coche, pero cuando me volvió a agarrar del pelo, me escupió en la boca y prosiguió, mientras sus amigos comenzaban a tocarme, hasta que sentí cómo terminaban en mis nalgas, esa sensación de semen cálido e inesperado me excitó tanto que continué con el acto de forma intensa, casi llegando al orgasmo, volteé la cabeza y vi a sus amigos con los ojos bien abiertos mientras él terminaba en mi rostro.
Óscar no sabía cómo reaccionar, sentía una incomodidad ajena, Natalia, a pesar de prestar especial atención al relato de Alejandra, me miró con una expresión de lástima, Santiago y Carla no apartaban la vista de Alejandra, quien anunció que iría por más cervezas, yo solo pude notar cómo todos dirigían su atención hacia mí.
-Bueno, al menos ya no estamos aburridos -comenté con un nudo en el estómago.
Continuará.
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