Calvin, mi nuevo compañero con un miembro robusto (2)


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Me brindó una saliva deliciosa y muy densa. Mientras tanto, se auto complacía y generaba mucho líquido preseminal, el cual llevó hasta mi boca. Dejó caer grandes gotas de fluidos, las cuales ingerí por completo y disfruté enormemente. Luego, estando boca abajo, me desafió a intentar tragarme todo su miembro. Dudaba si sería capaz de manejar su gran tamaño, pero me aseguró que, con suficiente saliva, podría introducir una buena parte. Logró lubricar completamente su imponente y grueso pene con nuestros fluidos preseminalaes. Lo hizo de manera gradual, pero dado mi gusto por su sabor, lo recibía todo. Me regañaba por hacerlo así, ya que eso dificultaba la tarea, pero lo intentamos de nuevo. Superé las arcadas y logré situar su miembro más allá de la mitad en mi boca, aunque me costaba respirar y me excitaba intensamente.

Calvin se percató de mi excitación por los fluidos preseminalaes y me proporcionó intensas felaciones en mi pene, logrando que terminara en su boca. Al notar que lo llené de esperma, me lo entregó en la boca y lo ingerí por completo.

Esa combinación de su densa saliva y mi esperma era muy placentera. Me la ofreció en la boca y acabé tragándonos todos nuestros fluidos.

Al terminar nuestra relación íntima, el sábado transcurrió lentamente. Pasadas las 14 horas, Calvin pidió comida a domicilio para relajarnos y recargar energías. Nos duchamos y, en el baño, le brindé una estimulante sesión de sexo oral en su trasero y parte de su zona íntima, para después darle deliciosos besos en su glande.

Salimos del baño y nos tendimos en nuestra cama. Me apliqué crema y aceite de coco en todo mi cuerpo, especialmente en mis glúteos. Luego me coloqué un tanga negro para provocar a mi hombre mientras yacíamos juntos. Al recostarme de lado, percibí cómo su miembro se erguía y lo situaba entre mis nalgas, simplemente lo rozaba mientras esperábamos la comida a domicilio. A los pocos minutos, sonó el timbre y Calvin retiró su pene de mis glúteos.

Me dejó tan húmedo que decidí introducir mis dedos entre mis glúteos hasta llegar a mi ano y probar su fluido preseminal. Un rato después llegó la comida y me ofreció algunas piezas de pollo que había encargado. Comimos, charlamos y, poco después, Calvin aprovechó para introducir la cabeza de su miembro en mi ano para descansar un rato.

Desperté a medianoche con él abrazándome y su pene en mi ano. Disfrutaba sintiendo la cabeza de su miembro dentro de mí. Me despegué suavemente para beber agua, regresé a la cama, donde lo vi dormir placidamente. Me acerqué a su miembro y le di dulces besos. Empezó a gemir suavemente mientras le daba placer con mi boca, sé que disfrutaba enormemente de mis felaciones. Luego, me recosté en su pecho, deslicé mi lengua por sus pezones y al mismo tiempo palpé su miembro, que ya se había endurecido.

¡Era momento de tener un apasionado encuentro sexual! Conmigo boca abajo, separó mis nalgas y empezó a masajear mi ano, lubricándolo con saliva para poder introducir por completo su pene. Me advirtió que se preparara, ya que iba a introducir completamente su miembro. Sentí algo de nervios al pensar que tendría sus 29 cm de verga en mi ano, teniendo en cuenta que Dirmero nunca logró esa proeza, y ahora Calvin se disponía a llevarla a cabo, incluso hasta sus testículos.

Estaba a cuatro patas, observando cómo preparaba su imponente miembro y lo empapaba de saliva apuntando hacia mi ano. Con cuidado, empezó a introducir la punta de su pene. Mi ano ya estaba dilatado, lo introdujo con delicadeza logrando llegar a la mitad. Experimenté un dolor placentero y quedé maravillado por esa penetración que realizó. Logró introducir por completo sus 29 cm en una sola vez, empujando suavemente y repitiendo el movimiento varias veces, hasta que, sin darme cuenta, ya había logrado insertar toda su verga en mi ano. ¡Fue una sensación increíble, grité de emoción!

¡Continuará!

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