Esta es mi primera vez redactando este tipo de historias, pero aún no logro asimilar la fantasía que imaginé con mi vecina.
Me llamo Aldo, tengo 27 años, soy alto y tengo una complexión atlética; ya que practico deporte todas las semanas.
La vecina, de 24 años, se llama Paola, es de piel clara y tiene un cuerpo exuberante, ya que solía ir al gimnasio y se notaba que había progresado mucho en sus caderas y piernas.
Un sábado, sin planes para la noche, sin fiestas y decidí quedarme en casa; estaba en WhatsApp y vi una publicación de mi vecina con una imagen que decía "Qué ganas de que sea invierno, solo para que me calientes", en ese momento me causó mucha risa, ya que la conocía desde hace mucho tiempo y ver ese tipo de publicaciones despertaba en mí ciertas fantasías.
Le contesté solamente con un emoticón de "fuego", era casi la 1 de la madrugada cuando le pregunté qué estaba haciendo a esas horas. Me dijo que no podía dormir y me ofrecí a quedarme despierto hasta muy tarde para ayudarla a conciliar el sueño. A lo que ella aceptó, en ese momento solo quería abordar el tema de la imagen y ver si podía excitarla. Nunca antes había tenido ese tipo de pensamientos con ella, ya que éramos amigos desde hace mucho tiempo y no quería incomodarla.
Lo primero que le pregunté fue si acostumbraba a estar despierta a esas horas de la noche, a lo que respondió que era habitual debido a su insomnio; comenzamos a hablar hasta que llegaron las 2:30 am y yo ya quería dormir, pero no le había mencionado la imagen; le propuse jugar un juego para mayores de 18; ella se sorprendió un poco pero aceptó.
Le dije que el juego consistía en confesar algo o hacer una pregunta a la otra persona; ella con determinación respondió que adelante, le hice la primera pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que tuvo relaciones? Me confesó que llevaba 3 meses sin tener sexo y que ya iba siendo hora de retomarlo, su pregunta directa fue: ¿Has fantaseado conmigo? Para mi asombro, sentí que se me había adelantado, cuando yo era quien debía formular esa pregunta. Sinceramente le respondí que sí, pero que era algo reciente debido a la imagen que había despertado esa fantasía en mí.
Hicimos más preguntas y le pregunté si quería fantasear conmigo, a lo que accedió fácilmente, la hora y las preguntas que habíamos intercambiado ya habían encendido esa chispa entre nosotros. Me dijo que si estuviera frente a mí, me haría sexo oral, al imaginarlo me puso tan excitado que solo deseaba verla en ese momento y que me lo hiciera; incluso mientras escribo esto ahora mismo, me ha vuelto a poner erecto.
Le dije que me encantaría y que también deseaba probar sus fluidos, me confesó que ya estaba muy húmeda y que quería tocarse. En un momento me dejé llevar y empecé a describir la fantasía; no sabía en ese instante que ella ya se estaba acariciando y había tenido orgasmos unas 3 veces.
Después entendí por qué no seguía escribiendo, eran las 4 am y empezamos a enviarnos fotos, cuando vi parte de sus nalgas empecé a eyacular, pero no quería terminar aún ya que quería grabarlo y que ella pudiera ver todo lo que había generado esa madrugada; me dijo que después de sus orgasmos se sentía muy relajada, compartimos esa fantasía estando en sintonía y poder explorar todas las posturas que ella deseara, desde el 69, ponerla a cuatro patas, sus piernas sobre mis hombros, ella encima, contra la pared y todas las variantes que se nos ocurrieran.
Antes de finalizar, le propuse hacer una videollamada para darle la sorpresa y aceptó, encendió su cámara y la vi completamente desnuda y despeinada, lo primero que me dijo fue “Es tu momento para disfrutar y relajarte”, sabía que había guardado una cantidad de esperma que quería derramar sobre su cuerpo.
Pero tomé la decisión de colgar antes de acabar y aumentar su intriga, cuando lo hice me dijo “Estabas a punto de eyacular y quería ver cómo salía todo ese semen”.
Le pregunté si quería presenciarlo, si sería en persona o en otra noche de fantasía; solo incrementé su intriga y esperaba saber si le había gustado de alguna manera.
Dejaré la segunda parte para después de recibir sus opiniones sobre si les gustó o si debería haber actuado de otra manera.
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