¡Saludos! Esta es mi primera vez redactando algo de esta índole (aunque disfruto mucho leyéndolos) y quiero compartir una experiencia que he estado disfrutando últimamente y que deseo compartir con todos los interesados. Si eres hombre, es probable que te interese; y si eres mujer, corre a mostrárselo a tu pareja, jeje.
Para agregarle emoción al relato, te adelanto que te contaré acerca de un día en el que estaba tan excitado que fui capaz de experimentar alrededor de 20 orgasmos (o quizás más, aunque no los conté específicamente, es solo una estimación). Si no me crees, te invito a seguir leyendo.
Tengo actualmente 23 años, soy estudiante universitario y me apasiona el deporte. Me considero un joven bastante saludable, tanto física como mentalmente. Creo que es crucial mencionar que, para tener un buen rendimiento sexual, es esencial mantener buenos hábitos y tener una mente muy abierta, sin complejos y sabiendo lidiar con nuestras inseguridades.
Si buscamos en internet qué es la pluralidad de orgasmos, descubriremos que se refiere a la capacidad de tener varios orgasmos en un corto periodo de tiempo. A menudo se asocia esta cualidad más a las mujeres, pero esto no significa que los hombres no puedan experimentarla; simplemente implica procesos y técnicas diferentes. Es posible que hayamos visto videos de mujeres teniendo orgasmos uno tras otro, sin embargo, es importante no idealizar demasiado basándonos únicamente en el contenido pornográfico. La cantidad y la intensidad de los orgasmos suelen depender del nivel de excitación, el estado de ánimo, la fatiga e incluso la calidad del sueño de las noches anteriores.
Siempre he sido alguien que se masturba con gusto. Desde joven, solía autocomplacerme viendo ciertos contenidos, pero afortunadamente nunca desarrollé una adicción al porno. Siempre me han atraído tanto las imágenes explícitas como los relatos y la literatura erótica (actualmente me estimulo principalmente con este último tipo de contenido). Sin importar la fuente de excitación, siempre sentía que faltaba algo, nunca me conformé con la rápida gratificación; siempre deseé explorar más allá. Fue entonces cuando descubrí el "Edging". Esta técnica consiste en masturbarse y, cuando se está a punto de alcanzar el orgasmo, detenerse para sentir cómo la eyaculación retrocede, y luego retomar. Esta maniobra enseña al cerebro a tener paciencia y nos entrena para prolongar el placer en lugar de apresurarnos hacia la conclusión. Sin saberlo, esta técnica fue la que me condujo hacia la pluralidad de orgasmos.
Como mencioné, siempre practiqué esta técnica al masturbarme, lo cual me ayudó a fortalecer los músculos pélvicos y a controlar la eyaculación. Esto hacía que mis orgasmos tardaran entre 15 y 30 minutos en llegar (se dice que esta técnica es efectiva para combatir la eyaculación precoz).
Antes de profundizar en la pluralidad de orgasmos, debo mencionar que siempre he sido un entusiasta de la exploración y poseo una gran curiosidad. Aunque soy heterosexual, me considero un hombre versátil en mis interacciones con las mujeres, disfruto adoptar tanto un rol activo como uno pasivo. En la actualidad, cuando me masturbo, uso varios juguetes y he aprendido a estimular mi punto G, además de conocer bien mi cuerpo y mis zonas erógenas.
Chicas, creanme, a los hombres también nos agrada cuando se nos estimulan los pezones,los pies, muslos... Comprendo lamentablemente que la sexualidad masculina se encuentra muy centrada en el pene, pero esto se debe principalmente a la falta de conocimiento y al temor que algunos hombres experimentan. ¿Por qué expreso todo esto?... bueno, una parte crucial de la multiorgasmia también implica la canalización de la energía sexual y aprender a "guiar" nuestro placer en el orgasmo hacia otras partes de nuestro cuerpo, y no limitarlo únicamente al pene.
Créanme que tanto el cuerpo femenino como el masculino ofrecen una amplia gama por descubrir. No se trata solamente de senos y vagina en las mujeres o de pene en los hombres. Caballeros, les animo a explorar su cuerpo con más detenimiento, consideren la masturbación como un ritual íntimo con ustedes mismos, acaricien su pecho, pezones, piernas, perineo (ubicado entre el escroto y el ano, es una excelente forma de estimular el punto G masculino sin necesidad de penetración). La estimulación del perineo potencia el orgasmo).
Y mujeres, ¡comuníquense con sus parejas para saber qué les agrada! ¡Anímenlos a explorar! Para concluir esta sección, para lograr un mayor dominio de la multiorgasmia les recomiendo investigar sobre el tantra (no entraré en detalles para no alargar más el relato). El tantra implica la canalización de la energía sexual a través del conocimiento, la respiración y la paciencia, siendo una práctica sumamente romántica que destaca por permitir una mayor concentración para separar la eyaculación del orgasmo y alcanzar así, múltiples orgasmos.
Continuando con el tema más picante... El hombre experimenta un periodo refractario que provoca que, una vez eyaculado, alcance la plenitud, disminuyendo su erección y calmándose su libido. Generalmente, en personas jóvenes este periodo puede durar entre 15 y 20 minutos, pero es variable. Si se mantienen buenos hábitos y se cuida la salud, como mencioné antes, puede durar menos, siendo mi caso personal no más de 10 minutos. El reto del periodo refractario es que la erección tiende a disminuir (aunque vuelvo a repetir, dependiendo del nivel de excitación y la condición del hombre esto puede no suceder). Entonces, ¿cómo descubrí que soy multiorgásmico? Aquí viene lo emocionante...
Un día me encontraba solo en casa, recordaba que no había hecho ejercicio y había descansado adecuadamente la noche anterior, en general me sentía muy pleno. Sentía una gran excitación y había estado explorando con mis nuevos juguetes durante poco tiempo, así que decidí probarlos un rato, un juguete vibrador y un masturbador masculino. Como de costumbre, mientras me masturbaba con las vibraciones y sentía la tensión pre-eyaculatoria, apretaba con fuerza para evitar el orgasmo, y comenzaba de nuevo, pero en una de estas ocasiones "casi llegando" se me escapó un poco la mano y experimenté el orgasmo, pero logré contener la eyaculación, lo cual resultó en una sensación peculiar al ser la primera vez, sin embargo, noté que conservaba la erección. Esto me hizo pensar que quizás podía continuar.
Intenté nuevamente y no tardé mucho en alcanzar otro orgasmo aún más intenso en poco tiempo, este sí acompañado de eyaculación. Fue en ese momento cuando me cuestioné: "¿Podría esto ser un orgasmo múltiple?, ¿Los hombres también podemos experimentar la multiorgasmia?"... Sin saberlo, había iniciado una de las etapas más hermosas y emocionantes de mi vida sexual (cabe mencionar que llevo apenas unos dos meses experimentando esto en cada sesión de masturbación). Me sumergí en investigaciones y lecturas al respecto, descubriendo que el tantra y la retención de la eyaculación eran habilidades clave para lograrlo. Para no extenderme más, comencé a aplicar lo aprendido y confirmé que, gracias al edging, había desarrollado la fortaleza suficiente para separar mi eyaculación.del clímax.
Les relataré la jornada en la que experimenté una cantidad practicamente innumerables de clímax. Recuerdo que en ese momento estaba muy confundido, ya que llevaba algunas semanas entrenando mi capacidad de controlar la eyaculación y me sentía sumamente excitado. Las primeras veces que me masturbé duraba al menos 40 minutos. Sin embargo, ese día en particular, mientras me masturbaba por la tarde, experimenté una sucesión de clímax que se prolongaron durante aproximadamente una hora. Fue una experiencia sensacional; tras sentirme satisfecho, me vestí y continué con mis actividades.
No obstante, pasados unos minutos, seguía experimentando una intensa excitación. Esa jornada tenía muchas tareas pendientes y no había salido de casa, por lo que mi energía estaba en su punto álgido y parecía querer escapar de mi cuerpo. Me dije a mí mismo: "Alex, hace menos de una hora que te masturbaste y te tomó bastante tiempo. No es posible que aún desees más..." Traté de calmarme, relajarme e intentar distraerme. Además, mi padre estaba a punto de llegar a casa y no me sentiría cómodo masturbándome en mi habitación con él presente en la casa, así que decidí posponerlo para la noche. El día transcurrió normalmente, pero con una tremenda excitación acumulada. Decidí irme a dormir temprano, anticipando que me tomaría un buen rato. Preparé mi habitación, encendí la consola, puse música de jazz suave a volumen alto, coloqué una toalla en la cama (sudaba mucho) y comencé a estimular mis pezones con un vibrador, lo cual provocaba que mi cuerpo se arqueara. También acariciaba mis muslos y mi perineo, destacando la importancia de no centrarme únicamente en mi pene para obtener placer, clave para la concentración y el disfrute máximo.
Con el tiempo, comencé a masturbarme, alternando entre la estimulación de mis pezones y la de mi glande con la mano y el vibrador. Pasaron unos 15 minutos hasta que experimenté mi primer clímax, logrando retener la eyaculación por completo gracias a la concentración en las sensaciones. ¡Pero la excitación no disminuía! Me sentía como una pistola cargada ese día (risas).
El segundo clímax me tomó por sorpresa, llegando en menos de 5 minutos ¡Fue excepcional! La práctica del tantra y el control del semen potenciaban mis clímax y tuve que morderme los labios para contener los gritos de placer. Mi cuerpo se arqueaba y retorcía de gozo, la erección no decrecía y logré alcanzar un tercer clímax en poco tiempo. En menos de 15 minutos, ya había disfrutado de tres clímax muy intensos.
Para el cuarto clímax, tardé un poco más. Fue entonces cuando empecé a medir el tiempo que mi cuerpo necesitaba para recuperarse entre orgasmos. Recuerdo que pasaron unos 10 minutos hasta el cuarto clímax. Debido a que la excitación persistía, decidí buscar un quinto clímax, el cual llegó rápidamente, en menos de 4 minutos ¡Lo sorprendente fue que a partir del cuarto clímax, experimenté placer aproximadamente cada 5 a 8 minutos! Aquella noche fue muy reveladora, ya que aprendí sobre los tiempos de recuperación de mi cuerpo tras un clímax.
Creo que escuché al menos dos listas de reproducción completas, una de más de una hora y otra de unos 35 minutos (risas). Al final de mi sesión, perdí la cuenta, pero calculo que experimenté entre 10 y 11 clímax en total (recordando que durante la tarde de ese mismo día experimenté otros 10 clímax jaja). Hasta el día de hoy, esa noche ha sido la más gratificante de mi vida. Ni siquiera con parejas anteriores había experimentado tanto placer. Cabe destacar que en el último clímax no necesité contener la eyaculación, permití al semen fluir libremente.
Desde aquella noche, descubrí lo maravillosa que puede ser la sexualidad y la importancia de explorarse a uno mismo antes de compartirlo con alguien más. Recuerdo que dos o tres semanas después de aquella noche, tuve otra jornada similar, aunque con menos clímax, ya que también estaba lleno de energía y con poco que hacer,
En la tarde realicé una autocomplacencia que duró aproximadamente unos 50 minutos, sin embargo, no fue suficiente para mí. Posteriormente opté por experimentar la estimulación frente a un espejo, lo cual aumentó considerablemente mi excitación y logré experimentar unos 6 clímax más, jajaja.
Es importante resaltar que el desempeño sexual puede ser fácilmente alterado. Por ejemplo, la semana pasada estuve sumamente ocupado: entre mis sesiones de entrenamiento para una maratón, las tareas universitarias y demás responsabilidades, apenas sentí deseos o excitación a lo largo de la semana. Sin embargo, el viernes por la noche decidí intentar relajarme a través de la masturbación y con esfuerzo logré alcanzar unos 4 clímax en 30 minutos. Al día siguiente, inexplicablemente, me encontraba muy excitado y solo deseaba experimentar dos orgasmos rápidos, lo cual logré en tan solo 10 minutos. Hoy, en la mañana, ocurrió algo similar y pude alcanzar nuevamente los 4 clímax en 30 minutos. Realmente, hay días en los que logro varios orgasmos con poco esfuerzo y rapidez, mientras que en otros simplemente deseo una experiencia tradicional donde solo busco terminar y listo. Esto es muy común y está influenciado por nuestro estilo de vida, alimentación, hábitos, sueño, actividad física, nivel de estrés, entre otros factores.
Para concluir estas vivencias, tanto hombres como mujeres, liberémonos de lo convencional. No porque sea negativo, no lo es necesariamente, sino porque hay un vasto mundo por explorar, ¡en serio! Debemos despojarnos de complejos y temores, con el objetivo de conocernos a nosotros mismos. Desde que adopté esta práctica, les aseguro que disfruto de mi soledad y valoro la paciencia de buscar una pareja. Si bien mi frecuencia de masturbación ha disminuido, cuando decido hacerlo es mucho más placentero y gratificante.
Les invito a informarse, educarse, y poner en práctica lo aprendido. Y recuerden, cuídense mucho, la sexualidad es maravillosa y no justifica sacrificarla por hábitos como fumar (que puede causar disfunción eréctil), consumo de alcohol, drogas, entre otros... estos placeres efímeros no aportan verdadero goce a nuestros cuerpos. Al cuidarnos, no solo nos sentiremos mejor, sino que también seremos capaces de disfrutar al máximo nuestras experiencias individuales o compartidas. Es fundamental dejar de idealizar los cuerpos y la forma en que alcanzamos el placer, conozcan su propio cuerpo y también el del sexo opuesto. Si disfrutan del contenido pornográfico, está bien, pero sean críticos con lo que observan y no se dejen engañar, ya que rara vez representa la realidad. Si sienten frecuentes deseos sexuales (como yo jeje), ¡recuerden que es saludable! No obstante, es importante aprender a practicar la masturbación con amor y así alargar el placer, convirtiendo esta práctica en un ritual especial que debemos cuidar. ¡Jaja! Me despido, cuídense mucho.
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