0%

De amante a cornudo


Escuchar este audio relato erótico
5
(1)

Después de haber sido amante por varios años, me uní en matrimonio y esas aventuras secretas desaparecieron de mi vida. Con el tiempo, logré persuadir a mi esposa para explorar el mundo swinger y finalmente dimos el primer paso juntos.

Descubrimos una fiesta para parejas liberales. Aunque mis deseos no eran precisamente con mujeres, era importante mantener mi imagen de esposo alfa. Durante la fiesta, mi esposa y yo nos animamos a participar en diversas actividades, disfrutando del sexo oral, vaginal y anal.

Al llegar, todos parecían estar felices y disfrutando. Mientras las mujeres socializaban y bailaban, los hombres parecían un poco más distantes. Bailé con algunas mujeres, mientras mi esposa hacía lo propio con hombres y mujeres. Nos prometimos cuidarnos mutuamente, ya que éramos nuevos en este ambiente.

A pesar de no tener experiencias previas con parejas o tríos, decidimos explorar para poder dar el siguiente paso. En mi mente, imaginaba estar con dos mujeres y ver a mi esposa en un encuentro lésbico. Sin embargo, la noche tomó un giro inesperado.

En un momento de descuido, vi a mi esposa besándose con otra mujer y siendo participada por un hombre. Aunque al principio sentí celos, decidí unirme a la escena, dejando de lado cualquier inhibición.

Me enfoqué en la otra mujer y nos dirigimos a una habitación donde la pasión se desbordaba. La atmósfera era electrizante, con escenas de todo tipo alrededor.

En medio de todo el caos, me encontré desnudo en una esquina, observando cómo los demás participaban en diferentes encuentros. Traté de ubicar a mi esposa, pero estaba desaparecida. Cuando finalmente se me acercó, también desnuda, me preguntó si había disfrutado de alguna experiencia durante la fiesta.

Ver a una mujer, me generó alegría, pero me tomó por sorpresa su desnudez y pensé que ya había tenido relaciones sexuales con alguien más. Le hice gestos indicando que mi pareja estaba siendo intimada por otro individuo y, temiendo una respuesta afirmativa, le consulté si había estado involucrada con alguien más. Ella sonrió y me susurró al oído "Esta noche no es tuya, cariño", tomó de la mano a un chico y lo llevó a la cama delante de mí, sin demostrar vergüenza alguna (quien previamente estuvo en el baño)...

Es imposible olvidar todo lo que ese hombre le hizo a mi esposa, practicaron sexo oral, se besaron, cambiaron de posiciones y se entregaron por completo, mientras yo simplemente observaba en un rincón de esa habitación como un completo perdedor, insatisfecho, posteriormente se unió otro hombre que poco a poco comenzó a tomar posesión de ella, mientras el primero se retiraba, extendiéndome la mano en un gesto de agradecimiento por haberle entregado a mi mujer.

Ya no sabía cómo interpretar la actitud de mi esposa, era una mujer deseada por todos y ella se dejaba llevar, sabiendo que yo estaba presente presenciando todo. Experimentaba una mezcla de amor, odio, humillación, celos y satisfacción al mismo tiempo. El segundo hombre la penetró con fuerza por detrás, mientras ella permanecía en cuatro patas, tanto que pude observar la expresión de sufrimiento en el rostro de mi esposa, sin saber cómo reaccionar, me acerqué a ella y nos besamos hasta que el individuo terminó de utilizarla.

Al salir de allí, nos vestimos y regresamos a nuestra mesa para continuar bebiendo como si nada hubiera sucedido, mientras la fiesta se tornaba cada vez más desenfrenada. Durante toda la noche no abordamos el tema, hasta que llegamos a casa, donde no le reproché nada, simplemente le expresé que me sentí miserable, a lo que ella respondió:

–Mi amor, disfruté como nunca y creo que lo repetiría mil veces. ¿A ti no te agradó lo que vivimos?

Solo pude contestarle afirmativamente, asumiendo así el papel de cornudo en lugar de corneador.

¿Te ha gustado este relato erótico?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Puntuación promedio 5 / 5. Recuento de votos: 1

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Ya que que te ha gustado este relato...

Puedes compartirlo en redes sociales!

¡Siento que este relato no te haya gustado!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

Otros relatos que te gustará leer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir
Contacto | A cerca de Nosotros | Seguinos en Ivoox y en x.com