Aventura con mi novia y su pariente


Escuchar este audio relato erótico
5
(1)

Saludos, me presento como Arturo y resido en Tabasco, México.

Deseo compartir un suceso que tuvo lugar hace unos 6 años y que hoy, al encontrar este espacio, decido narrar. Todo ocurrió de manera fortuita, sin premeditación. Aquí empieza la historia:

En aquel entonces, vivía en la ciudad mientras que mi novia residía en una localidad cercana.

En cierta ocasión, la invité a pasar unos días en mi hogar para llevarla a la playa y disfrutar de un merecido descanso. Ella sugirió invitar a su pariente para que conociera el mar, ya que nunca había tenido esa experiencia. Cabe mencionar que mi novia contaba con 25 años y su pariente, un año mayor, 26.

Continuando con la narración, al tener la casa dos habitaciones, le aseguré que no habría inconveniente en que la trajera.

Al mediodía llegaron las dos y las invité a disfrutar de una comida. Ese día transcurrió sin ningún acontecimiento extraordinario.

Al día siguiente, nos dirigimos a la playa con todo lo necesario para pasar un agradable día tomando el sol y refrescándonos con unas cervezas.

Ya conocía a la pariente desde hace tiempo, pero siempre la recordaba vestida de manera conservadora, conforme a las costumbres de su comunidad.

Mi novia, de tez morena clara, baja estatura alrededor de 1.60 metros, con una cintura diminuta, unas nalgas bien redondeadas y unos senos excepcionales, y la pariente, de piel más oscura, estatura alta, cabello rizado heredado de sus ancestros afroamericanos.

Al llegar a la playa, alquilamos una palapa para mayor comodidad. Tras degustar unas cervezas, decidimos sumergirnos en el mar por un rato.

Al momento en que la pariente se dispuso a cambiar de ropa para colocarse el traje de baño, me sorprendí al descubrir la belleza de su cuerpo, algo que no esperaba. No obstante, por el momento, mi curiosidad se detuvo ahí.

Disfrutamos de nuestro día, comimos y agotamos las cervezas. Avanzada la tarde, emprendimos el regreso a casa. Antes de llegar, mi novia (para facilitar la comprensión de la narración, la llamaremos Mary y a la pariente Lily) mencionó su antojo de tomar vino tinto frío de una marca que solíamos consumir. Hicimos una parada en una vinatería y adquirí tres botellas.

Al llegar a casa, las colocamos para que se enfriaran.

Cada uno se dirigió a su habitación para eliminar los rastros de arena y refrescarse. Mary y yo decidimos tomar una breve siesta. Reservábamos el momento íntimo para la noche.

Pasadas las nueve de la noche, Mary y yo abandonamos la habitación y encontramos a Lily viendo televisión en la sala. A pesar de que les ofrecí cenar, ambas declinaron la oferta. No obstante, preparé un plato con embutidos y otro con frutos secos por si acaso les apetecía. Fue el instante ideal para descorchar la primera botella. Lily manifestó que no estaba habituada a beber vino y que prefería abstenerse. De todos modos, ubiqué tres copas en la mesa central. Serví dos copas, una para Mary y otra para mí. Mary alentó a su pariente a probar, indicándole que si le gustaba, le serviría más, de lo contrario, no había problema. Lily aceptó degustar el vino, lo saboreó y comentó que le resultaba agradable al paladar, incluso mejor que la cerveza. Fue entonces cuando Mary le sirvió más vino.

De esta forma, entre charlas, aperitivos y vino, agotamos la segunda botella. Ambas se encontraban ya un poco ebrias, si bien Lily lo estaba más que el resto.

Con el efecto del alcohol, Mary se mostró desinhibida y empezó a acariciarme y besarme delante de Lily, quien observaba sin decir nada, simplemente de reojo. Mary parecía transformada. Comenzó a buscar en mi bragueta y mi amigo no tardó en reaccionar. Perdimos el control y nos enfrascamos en caricias intensas. Mary liberó mi miembro viril de la bragueta y, desatendiendo por completo la presencia de su pariente, se dispuso a practicar sexo oral. Lily, desconcertada o tal vez enardecida, presenció lo que sucedía sin pronunciarse.

Lily se levantó y se dirigió al baño. Pensé que optaría por retirarse a dormir para no presenciar más. Para mi sorpresa, regresó y se situó más cerca de nosotros, observando con deseo.

Como su prima me practicaba sexo oral. Mary ni siquiera se daba cuenta. Solicité que se detuviera por un momento para que viera cómo Lily se introducía la mano debajo del short para acariciar su vagina y gemir de placer.

Pensé que eso podría incomodar a Mary, pero en cambio, ella se levantó y ayudó a Lily a quitarse el short y la tanga para ver cómo se introducía los dedos en su peluda entrepierna. En ese momento yo estaba muy excitado y deseaba tener relaciones con mi novia.

Mary me instó a que me desnudara y me colocara frente a Lily, enseguida entendí lo que quería. Sin embargo, Lily estaba concentrada en su masturbación con los ojos cerrados. Acerqué mi pene a su boca y al principio lo rechazó. No sé qué le susurró Mary al oído, pero ella abrió los ojos, vio mi pene cerca de su boca y lo besó, aunque sin abrir la boca. Insistí un poco más y finalmente introdujo la cabeza sin dejar de estimular su zona íntima. Mary se sentó detrás de mí y se preparó para masturbar a su prima, quien al sentir la lengua de Mary, lanzó un gemido y comenzó a practicarme sexo oral como toda una experta. Estaba tan excitado que estuve a punto de eyacular, pero me contuve porque quería tener relaciones con Lily. Con la intensa felación que le brindó Mary, Lily alcanzó el orgasmo. Retiré mi pene de su boca para que disfrutara de su clímax.

Desnudos los tres, sin decir una palabra, nos dirigimos a mi habitación y nos acostamos acariciándonos y besándonos mutuamente.

Les ofrecí más vino y ambas declinaron.

Al parecer, Mary también alcanzó el orgasmo. Solo faltaba yo. Ansiaba tener relaciones con Lily, pero la presencia de Mary me cohibía, aunque mi deseo era más fuerte, así que pese al riesgo de tener problemas con mi novia, empecé a acariciar los senos de la prima. Afortunadamente, la embriaguez ya nos había abandonado. Lily reaccionó de inmediato al sentir que sus pezones se erizaban. Mary se percató y cada una tomó un pecho. Incapaz de contenerme, me coloqué sobre Lily y la penetré completamente, mientras ella gemía de placer y Mary le chupaba los senos. Era una escena fascinante.

En un momento de lucidez, Lily me pidió que no eyaculara dentro de ella. Salí y comencé a masturbarme para llegar al clímax, pero Mary me solicitó que me detuviera. Nuevamente le susurró al oído a Lily, quien asintió.

Se colocó boca abajo y me ofreció su trasero. Mary me advirtió que fuera delicado, pues nunca antes le habían penetrado por el ano.

Lo primero que hice fue arrodillarme y darle sexo oral primero en la vagina y ocasionalmente pasaba la lengua por el ano. Disfruto mucho haciéndolo y a Mary le encanta. Siempre tenemos relaciones anales. Cada vez que le pasaba la lengua, la piel de Lily se erizaba. Cuando consideré que ya estaba lista, lubriqué su orificio y me preparé para penetrarla. Intentaba ingresar, ella se resistía pero no se apartaba. Mientras tanto, Mary le besaba la espalda y le decía palabras que no escuchaba. Poco a poco fui penetrándola y cuando por fin logré introducir toda la cabeza, soltó un grito de dolor pero no intentó apartarse. Esperé un momento y gradualmente fui penetrándola hasta introducirme por completo. Ella permanecía quieta sin moverse. Comencé a moverme lentamente hasta encontrar un ritmo. Comenzó a disfrutarlo y sola se inclinaba hacia atrás para que la penetración fuera más profunda. Mary, observando la escena, tenía un rostro lleno de lujuria mientras introducía varios dedos en su vagina.

Lily y yo sincronizamos nuestros movimientos hasta que finalmente no pude contenerme y tuve uno de mis mejores orgasmos.

A pesar del aire acondicionado, los tres estábamos bastante sudorosos.

Nos acostamos exhaustos, pero Mary seguía muy excitada y le abrió las piernas a su prima para observar cómo el semen salía de su ano. Eso la excitó aún más y volvió a practicarle sexo oral a la prima. Se acomodaron para realizar un 69 hasta alcanzar el clímax simultáneamente. Yo solo observaba.

Nos acomodamos para dormir con Lily en medio.

A la mañana siguiente, muy temprano, me tocó darle placer a Mary, justo al lado de Lily. Desconocemos si nos vio o no, pero no nos importó.

Más tarde nos levantamos y Lily se retiró a su habitación. Nos bañamos y fuimos a desayunar. Nadie mencionó ni comentó nada sobre la noche anterior. Realizamos nuestras actividades diarias y por la noche volvimos a empezar... pero eso es material para otro relato.

P.d. Tengo muchas experiencias que me gustaría compartir con ustedes. Incluyen tríos HMM, HHH, HMH, relaciones gay, heterosexuales y con personas transgénero. Poco a poco las iré compartiendo si les parece bien.

¿Te ha gustado este relato erótico?

¡Haz clic en las estrellas para puntuarlo!

Puntuación promedio 5 / 5. Recuento de votos: 1

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Ya que que te ha gustado este relato...

Puedes compartirlo en redes sociales!

¡Siento que este relato no te haya gustado!

¡Déjame mejorar este contenido!

Dime, ¿cómo puedo mejorar este contenido?

Otros relatos que te gustará leer

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir
Contacto | A cerca de Nosotros | Seguinos en Ivoox y en x.com